Hoy me siento en la obligación de compartir una de mis lecturas favoritas, un recurso pedagógico que me encanta, por la sencillez con la que puede llegar a transmitir desde a un adulto a los más pequeños el proceso de comercialización de un producto, la polaridad Norte-Sur de forma metafórica y una de tantas injusticias que vivimos en este mundo desigual como es la deuda externa. ¿Cómo explicar todo esto a una persona tan pequeña?
Se trata de un texto de Miguel Ángel Esquembre y los dibujos de Antonio Mejías, un cuento, una historia que no está muy alejada de nuestro día a día, “La Isla de los polos de limón“:
Hoy en clase para Zenón y Jara, que eran hermanos gemelos, había sido un día distinto. Una señora mayor, Úrsula, que había nacido en la isla de Surata, les fue a contar cómo había sido su infancia.
Al llegar a casa, no perdieron el tiempo y se dispusieron a contársela a su madre y a su padre. La historia, según recordaban, era, más o menos, así:
Por una parte, estaba la isla de Nordalia, donde, desde hacía ya algún tiempo, se habían talado prácticamente todos árboles los que en ella habían existido. Por otra parte, muy cerca, se encontraba la bella isla de Surata donde el verde era el color que se veía por todos sitios, ya que la vegetación seguía siendo frondosa y espléndida y entre ella jugaban los niños y las niñas de la isla.
Las relaciones entre una isla y otra apenas habían existido, pero en una ocasión un grupo de Nordalia decidió entrevistarse con algunas y algunos representantes de la isla de Surata. En esta reunión, les propusieron un negocio a sus vecinos: venderles Polos de Limón natural.
Esta idea, que había tenido bastante éxito en Nordalia por el calor que allí hacía, parecía que no lo iba a ser tanto para Surata, puesto que esta isla estaba llena de sombra y las temperaturas eran tan suaves que no necesitaban refrescarse con los Polos de Limón. Así pues, educadamente, les contestaron que su isla, en todo caso, necesitaba otro tipo de alimentos y que los Polos de Limón no les interesaban.
Segundo viaje:
Esta vez fue una comitiva de publicistas de Nordalia llevando miles de carteles donde una mujer en bikini anunciaba: “Polos de Limón: Sensación de Libertad”.
En esta ocasión, en Surata no se negaron, pues no veían peligro alguno en permitir una campaña de publicidad. Pasó algún tiempo y los anuncios cada vez se repetían más. Había carteles por todas partes y cualquier celebración que se hiciese, absolutamente todo, estaba patrocinado por los polos de limón.
Algunas personas de Surata comenzaron a sentir curiosidad, después de tantos anuncios, y querían probarlos, pero claro, no había en las tiendas Polos de Limón y acabaron por pedir que se trajesen de Nordalia.
Tercer viaje:
Una tercera expedición de Nordalia, esta vez de políticos y políticas, acudió allí. Esta gente les dijo que no podían negar que la gente quisiera Polos de Limón, así que harían un trato: darían dinero a los gobernantes de Surata, a cambio de poder traerlos para su venta. Para ello, pusieron una condición de : se tendrían que talar muchos baobabs que había en la isla, pues al ser árboles enormes, los troncos servirían para fabricar los palitos de los Polos tanto de Surata como de Nordalia. Allí apenas quedaban árboles.
El gobierno de Surata pensó en esta propuesta y sobre todo en la gran cantidad de dinero que se llevarían por la venta de Polos de Limón en su isla y terminaron aceptando. Decidieron que talarían baobabs de Surata para convertirlos en palitos de polos de limón en Nordalia y luego traerlos otra vez para venderlos.
Cuarto viaje:
Muchos habitantes de Surata, se agruparon para protestar porque veían cómo estaban desapareciendo los baobabs. Las quejas comenzaron a extenderse por toda la isla y a pesar de que su gobierno mandaba a la gente para casa con excusas, como que arrancar árboles proporcionaría un desarrollo y le vendría bien a la isla, este grupo de personas comenzó a desobedecer los mandatos de su gobierno. Así, empezaron
a rodear a los árboles para que no los cortaran.
El gobierno estaba preocupado por esto, y llegó una cuarta expedición de Nordalia, en esta ocasión eran fuerzas militares que, llamadas por el gobierno de Surata, les ayudarían a quitar de en medio a esa gente que querían que en su isla siguieran dando sombra los baobabs.
Muchas de esas personas fueron encarceladas y acusadas de terroristas por ir contra el bien de la isla, aunque lo único que habían hecho era rodear los baobabs para que no los cortaran.
Quinto viaje:
Pasado un tiempo, una quinta expedición llegó a Surata. Era una gente que se llamaba el “comité económico”. Este grupo afirmaba que había hecho un estudio que aseguraba que para hacer más polos de limón no era suficiente con la cantidad de árboles que se habían talado hasta ahora y que se debían
arrancar más. En conclusión: se tendrían que quitar tres de cada cuatro árboles de la isla. Esto tenía que pasar no sólo para conseguir madera para los palitos, sino para plantar también limoneros que dieran frutos para llevarlos a Nordalia y dar el sabor a Limón.
Así pues, ya que no todos y todas en el gobierno estaban conformes con esta idea, el presidente echó a aquellas personas que no aceptaban la tala.
Sexto viaje:
El resultado de la tala era lógico: la disminución de la sombra que daban los baobabs.
Al cabo de un tiempo en Surata, comenzaron a subir las temperaturas: así que por una parte cada vez más gente quería los Polos de Limón para combatir la sed, pero por otra la sequía avanzaba.
La familia de Úrsula sentía cómo cada vez hacía más calor y cómo sus tierras apenas daban frutos, ya que la poca agua que había, se destinaba a los limoneros de la isla, que estaban muy cuidados.Pero lo peor llegó después: un gigantesco huracán, aprovechando que no existía la oposición de los baobabs que impedían que el viento pasara a gran velocidad, arrasó la isla.
Llegó entonces una sexta comitiva de Nordalia. En esta ocasión, según decían, era un comité de ayuda humanitaria, es decir, le prestarían dinero a Surata si se comprometía a comprarles más Polos de Limón. Así la gente, según Nordalia, podría al menos refrescarse y olvidarse por un momento de sus problemas.
Por otra parte, le dijeron que más adelante les debían devolver todo lo prestado y un poco más, porque tampoco Nordalia podía ir regalando, así como así, su dinero. El gobierno de Surata parecía no tener muchas opciones, así que aceptó.
El dinero debían utilizarlo para reconstruir casas, hospitales, escuelas y veían cómo no sólo no podían devolver el préstamo, sino que tenían que pedir más dinero. Aparte, en Nordalia, les exigían que les devolviesen más cantidad de lo prestado, porque Surata se retrasaba en pagar. Y así, poco a poco, fueron contrayendo una deuda cada vez más grande.
Ante esto, alguna gente desesperada construyó barcas para dirigirse a Nordalia, muy apenados por dejar su tierra. Así recordaba también Úrsula cómo un día abandonaron su casa, ya medio ruinosa por culpa del huracán y con las pocas cosas que les quedaban se montaron en una pequeña barcaza.
Alguna gente fue detenida porque para construir barcas de madera tuvieron que usar los troncos que estaban destinados a fabricar los palitos de los Polos de Limón y se consideró que habían robado. A pesar de esto, familias enteras pudieron escapar y llegar en barcas a Nordalia.
Pero una vez allí aquellos y aquellas que habían ido a su isla siempre que habían querido no les dejaron entrar, acusándoles de inmigrantes ilegales. Así pues, se cerraron las fronteras de Nordalia y las familias de Surata tuvieron que regresar forzados a su desolada isla, que en otro tiempo estuvo llena de baobabs.
– ¿Y qué pasó?
Jara, se encogió de hombros:
Úrsula nos preguntó que si nos gustaba ese final. Y le dijimos que no, añadió Zenón.
– ¿Entonces? preguntó el padre.
-Tenemos que proponer para mañana un final diferente, contestaron Jara y Zenón a la vez.
Séptimo viaje:
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Os dejo esto justo hoy a modo de reflexión, porque lo usaré con chavales de mi grupo los próximos días, me voy medio mes a trabajar en mi propio disfrute, tras un año académico agotador; me marcho de campamento con mi grupo scout 15 días, a educar como ya compartí en la entrada de la educación extraescolar, a ese lugar/sitio que me da fuerzas para afrontar el resto de 11 meses del año.
Más información de los autores aquí.
Un cuento magnífico para hacer pedagogía, pero no sólo para los más pequeños, sino, como bien dices, también para los adultos. En un mundo con un sistema de funcionamiento tan complejo, a veces es necesario que te lo cuenten de una manera tan sencilla y amena.
Me ha encantado, ¡gracias por compartir! Y ojalá que dé muchas vueltas!
Gracias Raquel,
Además, que los autores son muy majos y estarán encantados en que su cuento dé muchas vueltas entre educadores. Una herramienta para compartir y reflexionar.
Un saludo.
Es muy ilustrativo, tienes razón. Me gustaría leer los finales que propongan los chicos de tu campamento. Que tengas felices vacaciones!
Muchas gracias Lucía,
Espero volver con un buen saco de propuestas soñadoras, lo bueno es que están menos sesgadas que las de los adultos y seguro que dejan volar mucho más la imaginación.
A ver con qué nos sorprenden…
Un saludo y felices vacaciones para ti también 😉
Con todo el descaro te voy a copiar la actividad para hacer con mis escultas, me ha encantado!
Como si fuese la primera… XD. Toda tuya, he hablado con uno de los autores esta mañana para poder trabajar la historia en el cortometraje de la manada. Por supuesto, y como todas las cacerías habrá que ver qué proponen.
El consejo de Roca es soberano 😀
¡¡Super bueno Aitor!!
En serio, ¡me ha encantado! Feliz campa, sé muy feliz y carga bien las pilas que hace falta que la creatividad y el ingenio no decaigan.
Un besazo más grande como tú.