En el lado izquierdo, con calzón verde y 195 créditos de peso: Nutrición Humana y Dietética. En el lado derecho, con calzón rojo y 146 créditos de peso: Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Todo es culpa mía, en verdad no hay pelea, ni tiene que haber enfrentamiento, pero los he traído a mi ring personal de moralidad. Lo que en principio parece una continuación de estudios normal, esconde más diferencias más allá de sus materias y sus salidas. Es normal que un nutricionista al terminar su carrera se plantee (planteaba, porque ahora se convierte en grado con el EEES) estudiar este segundo ciclo, es un nuevo mercado totalmente paralelo y un plus en formación. En definitiva, nos abre más puertas. De hecho, para la sociedad es muy constructivo tener una visión global de estas dos disciplinas. Saber que nuestros alimentos llegan con esta doble consideración a nuestra despensa es cuanto menos una garantía.
El dilema está por tanto en una cosa interna, en la formación, es cuestión de perspectiva, pero los que lo han vivido desde dentro lo identifican mejor. Me refiero al espítiru y la orientación.
¿A qué me refiero con esto? Pues que nutrición y dietética parte con una base sanitaria muy fuerte, se nos implora (que no enseña) durante toda la carrera a “servir” al paciente, el cual es el protagonista, sus hábitos, sus gustos, sus preferencias… y a partir de ahí tenemos que hacer el puzzle de SU dieta. El objetivo máximo: “Que el paciente sea autónomo, que no nos necesite, que haya aprendido, que no tenga que recurrir ni a personas ni a productos innecesariamente”. En cambio, en este mes asistiendo a las clases que de momento puedo de CTA unas de las frases que más he escuchado ha sido “hay que hacer el producto atractivo”, “es un plus que hay que vender al cliente”, “hay que buscar nuevas formas de entrar al mercado” y en definitiva muchas otras fórmulas que podría resumir como creación de necesidades al cliente.
No quiero demonizar la licenciatura, todo lo contrario, me está encantando, estoy aprendiendo mucho, sólo quería hacer una llamada de atención a que su espíritu lo tiene parcialmente “vendido”, puede que sea por culpa de la facultad (Farmacia, otra preciosa ciencia que con la agresividad de hoy en día ha transformado al boticario en comercial), en definitiva echo de menos la palabra paciente en vez de cliente. No quiero decir con esto que sean dos visiones incompatibles, ni mucho menos (hay posibilidades de la industria alimentaria que se canalizan de forma ejemplar).
Sólo quería llamar la atención sobre la delgada intersección que hay entre la autonomía del paciente y las posibilidades de la tecnología alimentaria, en este espacio hay una sinergia y el paciente-cliente se beneficia en todos los aspectos. ¿Dónde radicaría el error? En ese gran espacio donde los dietistas se negasen en rotundo a las posibilidades de la industria, y donde los tecnológos busquen excusas y “trampas” para vendernos el producto.
Queridos colegas, ahí estamos nosotros para calibrar en qué situaciones nuestros pacientes tienen que recurrir a los plus del mercado, y cuándo sacar a la venta un verdadero producto y no una necesidad. No caigamos innecesariamente en la trampa de la mercadotecnia.
Te hablo como Nutricionista (Universidad de Alicante) y Tecnóloga de los Alimentos (Universidad Miguel Hernandez, Orihuela), y si no me equivoco tú también estás recibiendo la misma formación que yo y en los mismos centros públicos.
No te ciñas solamente a que los Tecnólogos tenemos que “hacer productos atractivos” y tenemos que crear la necesidad al consumidor. Todo se puede resumir a que estamos sumergidos en un gran mercado de demanda y necesidades dispares, de lo que nosotros como tecnólogos tenemos que intentar paliar. Cada vez sugen más patologías y alergias nutricionales en las que como bien has dicho, tenemos que complementarnos los Nutricionistas con los Tecnólogos, cada uno tiene un papel fundamental en este campo tan amplio.
Pero bajo mi punto de vista, la formación que hemos recibido en la Universidad de Alicante en cuanto a conocimientos nutricionales ha sido muy pobre, por lo menos los años que yo estuve, que no son muchos atrás… Le sobran muchas asignaturas de “relleno” y en su lugar poner otras más importantes e imprescindibles para la futura figura del Nutricionista. A parte, que los profesores que nos impartian las materias, en su mayoría eran Enfermeros, creo recordar solo un Nutricionista impartiéndonos clase. Con lo que la Diplomatura en general tiene un enfoque bastante sanitario, y poco específico de nuestra materia (una pena). Es más, me atrevo a decir, las compañeras que tenía en la Diplomatura de Nutrición, que a su vez acababan de salir de Formación Profesional –> Téncino Superior en Dietética, salían mejor preparados que nosotros al terminar las respectivas formaciones.
Con ésto, quiero decirte que para mi ha sido mucho más práctica, competitiva y enriquecedora la Licenciatura en cuanto a conocimientos y profesorado. Los profesores de la Licenciatura están metidos en la Investigación, cada uno de la materia que te está impartiendo, con lo que tienes delante tuya un gran equipo competitivo de profesorado.
Tampoco me arrepiento de haber cursado la Diplomatura, porque al fin y al cabo he adquirido gran cantidad de conocimientos, pero dejo aquí mi crítica para futuros estudiantes en el Grado de Nutrión. Ahora que las dos carreras las han pasado a “Grado”, en mi opinión es mucho más completa la formación en el Grado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, ya que abarca conocimientos tanto de Nutrición como de Tecnología. A la vez que te habre más campos a la hora de buscar empleo.
Como Tecnóloga de alimentos y D-N pienso que es posible compaginar ambas materias. Está claro que desde un punto de vista el cliente es un paciente y desde otro punto de vista es consumidor (lo siento Aitor, pero creo que siempre será cliente jeje).
Cuando empecé a estudiar CTA me fue un poco complicado adaptarme por eso, siempre estaba en contra de lo que me decían los profesores, hay gente a la que no todo es vender a toda costa y yo solo quería vender salud, pero sin engaños o creando falsas necesidades.
Luego empecé en una empresa de producto de marca blanca y creí que iba a tener en contra a todo el mundo y aunque me costó un poco conseguí que el diseñador del etiquetado se adecuara a lo que marcaba la legislación. Por otro lado no conseguí que la Dirección creyera en la Seguridad alimentaria, ella solo veía números.
Es ahí donde tenemos un papel principal, sobre todo los que hemos estudiado ambas carreras. Si vemos CTA como crear productos seguros o alimentos para una determinada población que tiene una carencia o enfermedad, el resto será más fácil (en este segundo punto los que hayan estudiado CTA sin haber tocado Ciencias de la salud lo tienen complicado porque la nutrición que se da es bastante básica).
También tengo que decir que no estudié en la Universidad de Alicante y la teoría que dimos siempre fue más clínica, aunque existen vías alternativas, como Tecnología alimentaria en la carrera.
No creo que Nutrición sea una carrera con deficiencias, creo que el profesorado es poco multidisciplinar y puede incluso que los contenidos se solapen porque no sean capaces de comunicarse entre ellos, aunque eso también ocurre en CTA.
Bueno, Aitor que me encanta el blog. Yo soy de poco comentar, pero intentaré buscar minutitos para tu blog jejeeje. Ánimo y ve poniéndonos al día jajaja.
Ni uno ni otro estáis preparados…solo para chapuzas varias (naturhouse y similar)
Me gustaría presentaros tecnologosdealimentos.com ,la plataforma líder especializada en dar formación y networking a tecnólogos de aliementos y nutricionistas. Gracias.