El envasado activo es una modalidad de envase alimentario que basa su acción en proporcionar al consumidor información sobre el producto que contiene en su interior.
Esta innovación permite informar, envase mediante, y puede ser muy útil en la relación Industria Alimentaria – Consumidor, pero también puede inducir a engaños si la información no se transmite bien, y de ahí el fin de esta entrada.
La información que se brinda al consumidor se basa en la interacción que sucede entre el propio alimento y el envase, que desencadena una modificación (normalmente visual) en el envase, que es indicador de la calidad o del estado del producto.
Desde el reglamento 1935/2004 se empezó a contemplar el envasado activo e inteligente. Las sustancias responsables de la función activa o inteligente pueden estar en un recipiente aparte, por ejemplo en una bolsita de papel, o estar directamente incorporadas en el material de envase, por ejemplo en el plástico de una botella hecha de ese material. Incluso los materiales y objetos activos pueden incorporar deliberadamente sustancias destinadas a ser liberadas en el alimento (pero este no es el caso del envasado inteligente).
Los sistemas de envase inteligentes ofrecen al usuario información y no deben liberar en este sus elementos constituyentes. Los sistemas inteligentes pueden colocarse en la superficie externa del envase y separarse del alimento mediante una barrera funcional situada dentro de los materiales u objetos en contacto con los alimentos, que impide que migren a estos las sustancias que se encuentran tras ella. Existe una lista comunitaria de sustancias autorizadas con los componentes que se pueden usar en este tipo de envasado, así como el reglamento 10/2011 sobre los materiales y objetos para tal fin. Por lo que no es peligroso.
Al margen de los envases transportadores de datos, (que pueden tener más utilidad para la industria, intermediarios, distribuidores y en general todos los pasos que se incluyen en la trazabilidad) al consumidor le debe interesar que en los stands se puede encontrar, sobre todo en un futuro cercano, la siguiente colección de envases:
Indicadores de tiempo-temperatura
Nos proporcionan información visual del efecto acumulativo del tiempo y la temperatura en el producto, son etiquetas simples y baratas que cambian de color si la cadena de frío se ha roto, o si el alimento lleva mucho tiempo esperando a ser consumido. Por tanto nos servirán para saber si ese producto se debe adquirir (en el caso de estar en el mercado) o si lo teníamos olvidado (en nuestra casa).
Indicador de humedad:
Contienen materiales con componentes que cambian de color dependiendo de la humedad, como el cloruro de cobalto o de cobre.
Existen marcadores reversibles (que vuelven al estado inicial si la humedad regresa al estado inicial) o la irreversible, que indica que el producto ha superado un umbral definido, y por tanto la posibilidad de que se haya deteriorado.
Indicador de frescura/vida útil:
Permiten controlar la calidad del alimento basándose en la respuesta del envase frente al crecimiento microbiano. Esta respuesta puede estar condicionada por las modificaciones en sustancias que están relacionadas con el metabolismo de microorganismos, como es la aparición de compuestos volátiles nitrogenados, aminas, ácido sulfhídrico, ácidos orgánicos…
Indicadores de fugas:
Permiten avisar al consumidor de la presencia de perforaciones o soldaduras no herméticas en el envase, basado en la sensibilidad de la tinta o de diferentes pigmentos a la concentración del aire.
Los más utilizados son los indicadores de oxígenos y los indicadores de C02.
Indicador de tinta termocrómica
Basan su actividad en tintas sensibles al calor, normalmente tienen la función de señalizarnos la temperatura óptima de consumo, de manera que el alimento no queme o garantice que esté conservado a baja temperatura. Tiene un rango de variación pequeño para proporcionar la máxima precisión y así decirnos si esa cerveza va a estar bien fría, o el café no nos va a abrasar. Además de incorporarse al envasado, se suele usar en accesorios, como tazas y vasos.
Otros indicadores
La aparición del envasado inteligente únicamente está limitada por la imaginación y las aplicaciones de la ingeniería al uso cercano, de esa manera han ido surgiendo indicadores tan específicos como los indicadores de golpes, de hurto e incluso de vuelco.
Conclusiones
El envasado inteligente es muy probable que se convierte en un habitual compañero de compra en pocos años, las colectivos implicados en su desarrollo y aplicación debemos ser responsables y usarlo de manera útil y práctica para la sociedad, ya que se pueden vertebrar en estrategias de sanidad, marketing…
Caer en la simple distinción del competidor lo convertiría en un mero distintivo frente a empresas rivales, y se desperdiciaría mucho campo de inversión pública.
A nivel de educación y sanidad permitirían facilitar las elecciones de compra y preparación de alimentos, por lo que esperemos que al final nuestras políticas, nuestras empresas y los consumidores seamos más inteligentes que los propios envases.
Nota: El envasado inteligente, no es lo mismo que el envasado activo.
Es importante considerar que es común incluir el envasado activo dentro de este tipo de envasado. Estrictamente hablando el envase activo no es un envase inteligente, ya que, a pesar de que interactúa con el alimento para aumentar su vida útil, no ofrece la información adicional al consumidor.
Referencias:
Imágenes e información obtenidas de:
- Aguirre R. Envases inteligentes. Nuevos dispositivos que mejoran la calidad del producto envasado. ITENE. 2008.
- Gutiérrez L. Envasado inteligente para alimentos. CTIC. IV Jornada Tennología e innovación alimentaria CITA-CTIC.
- REGLAMENTO (CE) No 450/2009 de 29 de mayo de 2009 sobre materiales y objetos activos e inteligentes destinados a entrar en contacto con alimentos.
A mi la verdad es que tanta inteligencia me da mucho respeto, espero que tarde en llegar y ypor lo menos nos sigamos guiando de las frescura de los alimentos poro su olor, color, tacto…en fin como toda la vida. La información muy útil la desconocía.
Es muy importante poder realizar pruebas en diferentes grupos de alimentos para comprobar la eficiencia de estos métodos que son unos de los últimos avances para proteger los alimentos y dar garantías en calidad al consumidor.
qué tontería! como si nosotr@s mism@s no fuésemos capaces de saber cuándo debemos comer o no algo… hay que ver la cantidad de dinero que se gasta en tonterías… ¬¬
Estos “avances absurdos” son capaces de identificar problemas en la comida que de otra manera no podríamos detectar. Son un plus adicional que se nos puede ofrecer a los consumidores para mejorar nuestra seguridad.
Desgraciadamente no todos los crecimientos bacterianos se pueden detectar a simple vista, o si un plástico ha sido perforado…
Hay que distinguir entre la Temperatura óptima de la cerveza, que comparto contigo que es una pijada, útil, pero pijada. Y el otro tipo de señalizaciones.
En especial, los chips de seguimiento para mejorar la trazabilidad pueden ser una manera estupenda de identificar rápidamente el origen de intoxicaciones/infecciones alimentarias.
Sin duda, el envasado inteligente es algo que aporta información relevante en el proceso de compra. Su uso e implantación viene marcada mucho por la tendencia de los productos y de las marcas a utilizar este sistema de “aviso” al cliente sobre las propiedades y calidad del producto. El ejemplo de “tiempo-temperatura” es una posibilidad barata y adaptable a muchos productos, aunque otros, como bien se ha comentado antes, son un poco “de cara a la galería”, además de caros.
Esperemos que estos estudios e innovaciones signifiquen un salto de calidad en el servicio que se proporciona al cliente.
gracias bien
Excelente articulo nosotros contamos con máquinas ideales para esta industria si alguien pudiese estar interesado nos puede visitar en http://www.envasados.cl