Esta mañana he mandado a mi hija al cole algo confusa, al salir por la puerta me decía:
-Mamá, entonces los niños no beben Coca-Cola ¿verdad? Sólo los mayores, yo le voy a decir a la seño que no la voy a probar.
Me ha dado tanta pena que al final he acabado diciéndole que sí, que la pruebe si quiere:
–Aunque no te va a gustar porque tiene burbujas y pica. (He tenido que decirle, aumentando así su confusión).
Cuando la semana pasada recibí una nota del cole, invitando a nuestros hijos de tercero de infantil (5 años) a una excursión a la fábrica de Coca-Cola, no podía salir de mi asombro.
En la nota nos indican que les van a poner un vídeo y les van a invitar a una degustación de productos y obsequiarles con un regalo, o lo que es lo mismo: les van a llenar la cabecita de lo bueno que es consumir Coca-Cola, Fanta y similares, captando así nuevos clientes-consumidores de 5 años.
Me parece cuanto menos, mezquino por parte de coca cola, este adoctrinamiento tan temprano y fríamente calculado.
Me dirijo al grupo del cole, con todo mi asombro e indignación y me topo, para mi gran sorpresa, con la aceptación de todas las madres de la salida y su contenido:
–¡Se lo van a pasar muy bien mujer!- (me repetían todas).
Y ayer me decía una de ellas que no se la deja probar al niño y va a seguir sin hacerlo.
¿Qué estamos haciendo entonces? Les enseñamos en casa que los refrescos con gas y con azúcar no son buenos, no son para niños, no son saludables y no deben consumirlos, pero luego les arrojamos a una visita donde les van a explicar lo fantásticos que son y les van a dar a probar ¿para qué? ¿con qué fin?
Para tenerlos luego enfrentados en todas las fiestas de cumpleaños, bares y sitios donde se ofrezcan estas bebidas, para que parezca que es cosa nuestra, de los padres que somos unos restrictivos y que les prohibimos todas las cosas “buenas”, a pesar de que en la fábrica vieron lo maravillo y divertido que era todo, y que en la sociedad esté tan normalizado.
Los locos somos nosotros: los padres y madres, que no les dejamos hacer lo que quieren, como siempre, igual que no les dejamos tirarse con la bici por una cuesta muy empinada o subirse a lo más alto del castillete del parque o tantas cosas divertidas que nos empeñamos en prohibirles día a día.
Me gustaría dirigirme al colegio, a ese al que confié la educación de mi hija hace ya casi 3 años, para preguntarles ¿cuál es la enseñanza de esta excursión?, ¿cuáles son los valores qué les intentan transmitir y por qué han elegido esta actividad?
¿Por qué no una visita a un huerto? ¿O a un jardín botánico, a la casa de la ciencia, a alguno de los numerosos museos de Sevilla o sus maravillosos parques?
¿Por qué no vamos a la biblioteca o interactuar con libros y jugar con las letras, o a una escuela de música a conocer los instrumentos y cantar canciones? ¿Y si organizamos una actividad para recuperar las canciones populares? ¿O recuperar los juegos de calle tradicionales? ¿Quizá una escuela de baile o un teatro? ¿La casa de la ciencia? ¿El planetario?
¡Cuántas cosas se me ocurren así de pronto, en un minuto!
¿Pero qué pasa con nuestros colegios? ¿Tan quemados están que no les queda creatividad? ¿O de verdad ellos piensan que esta actividad es apta o apropiada para niños de 5 años?
O peor aún, ¿simplemente les da igual?
Porque no quiero pensar que las maestras o la directora simplemente están en el cole en modo pasivo, esperando a que Coca-Cola toque a su puerta para pedirles prestados los cerebros de sus niños de 5 años, que dicho sea de paso, son esponjas y están en plena ebullición.
Porque si es así, puedo ser yo también la que toque a su puerta y les proponga actividades para fomentar la alimentación saludable, ¡por ejemplo!
Por favor, no adoctrinéis a nuestros niños en este sentido, que son nuestro futuro y que en sus manos dejamos la difícil labor de luchar por un mundo mejor, por una alimentación más sana y saludable, para evitar enfermedades cardiovasculares, cáncer, obesidad…
¡Enseñémosles la importancia de llevar una alimentación saludable, de comer fruta y verdura y alimentos de verdad, enseñémosles a procesarlos en casa! Hagamos recetas caseras, ensaladas de frutas de colores, juguemos con las hortalizas y los productos frescos, salgamos al campo y respiremos aire fresco.
Preocupémonos un poco por lo que les metemos en la cabeza, porque pasándolo bien también se pueden aprender muchas cosas, y si son sanas y saludables, mucho mejor, ¿no os parece?
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Este relato es una carta abierta de una madre sevillana que tiene todo el apoyo y el altavoz de este blog para denunciar esta situación que se ha dado en el colegio de su hija. Las siguientes líneas son mías.
Aprovecho para recordar que el consumo de refrescos es un factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, caries, sobrepeso y obesidad. Y que el intento de restar importancia sobre su impacto para la salud constituye una de las muchas estrategias de mentiras de la industria de bebidas azucaradas.
Desalentar el consumo de estos refrescos debe ser una de las prioridades de salud pública, y constituye a día de hoy una de las principales estrategias a nivel mundial debido al alto consumo de las mismas.
Si como miembro de la comunicad educativa sigues pensando que una excursión a una fábrica de bebidas azucaradas, o un establecimiento en el que sirven comida malsana se ajusta a vuestro currículo escolar, quizás podríais replantearos muchas cosas. Vale que sea divertido, vale que sea una excursión en la que puedan aprender métodos de producción, pero esos mismos contenidos podrían ser enseñados con productos que además fomentasen un estilo de vida saludable. No antepongáis el puro entretenimiento y circo a la salud. Como profesionales de la educación sabéis que contenidos educativos, valores y diversión no están reñidos.
No podemos por último, sino recomendar a los colegios y centros educativos que tengan interés en inculcar buenos hábitos, que normalizar el consumo de refrescos es una actividad irresponsable. Y que hay muchas mejores alternativas para llevar a cabo un fomento de buenos hábitos. Aquí tenéis ideas, ideas, y más ideas para empezar.
Hola, vivo en Cali, Colombia, y mi Colegio quedaba justo en frente de una embotelladora de Coca-Cola y claro nos invitaban a realizar la visita. Yo la hice cuando tenía aproximadamente 10 años, hace mas de 30, y recuerdo que no era como lo narra la señora, para decirnos lo bueno que es tomar coca-cola, era para mostrarnos la embotelladora, su funcionamiento, aún lo recuerdo, porque ver a esa edad una línea de producción es asombroso, te enseñan como lavaban las botellas (en ese entonces eran de vidrio), cómo se hacía para que el líquido siempre llegara hasta cierto punto, como se tapaban, en fin, nos mostraron y explicaron toda la línea de producción. Debería la señora averiguar en que consiste la visita, a lo mejor es algo similar a lo que fue mi experiencia hace mas de 30 años.
Ese es el fin de estas visitas. Quizás con 5 años sin pequeños pero a otras edades es genial. Yo también estuve en algunas fábricas y me encantó
me gusto tu comentario muy bien
Me parece acertado lo que esa madre denuncia pero en verdad ¿se ha acercado al cole y ha hablado con la tutora de su hija y con el equipo directivo ? Muchas veces expulsamos nuestra tensión a gritos pero no en los lugares donde nos hemos de hacer escuchar.
Totalmente de acuerdo contigo. Muchas veces así es.
Me parece una actividad poco apropiada. Especialmente por la edad de los niños. Y estoy de acuerdo en lo que dice hasta :” ¿ Qué está pasando en nuestros colegios?” Por favor, evitemos generalizar. No podemos culpabilizar a todo un sector por un caso puntual. No hace falta que nos deis ideas, tenemos muchísimas aunque a veces no podamos llevarlas a la practica ( familias, burocracia, normativa, recursos…) En fin, batallamos contra muchas dificultades pero volvemos a diario con ilusión. Lo habitual en cualquier trabajador porque, somos trabajadores no magos. Considero desafortunada el final de la carta. No es la tónica general.
La crítica es solamente contra los colegios que permiten este tipo de salidas, que nos parecen más propagandísticas que educativas y sólo deben darse por aludidos esos colegios, que por suerte, creo que son los menos. No pretendía hacer una generalización extensiva a todos los colegios, si nos echamos las manos a la cabeza con estas cosas es porque afortunadamente suceden puntual y eventualmente, lo preocupante sería que lo hicieran todos los colegios y que se asumiera como algo normal.
Existen muchos profesionales de la educación que no apoyan estas iniciativas y proponen otras más interesantes día a día, aunque ellos les suponga un esfuerzo y dedicación extras y no podemos más que estarles agradecidos por la gran labor que hacen a nuestra sociedad, porque además, creo que estos son mayoría.
En ningún momento del texto se acusa a:
-Todos los colegios
-Todos los docentes
-Tampoco se afirma que sea la tónica general
De hecho, podemos hacer un análisis sintáctico.
Titular del post. ¿El destinatario? “a los colegios que organizan excursiones a Coca-Cola”
(No a todos los colegios)
Hola Aitor,
me gustaría saber qué opinas sobre el sirope de arce canadiense. Es saludable? Tengo un bote que una amiga de Canadá me regaló.
Gracias!
Hola Aitor, en nuestro cole pasó lo mismo pero con Danone, me podrías dar alguna referencia, artículo, estudio… que seguro sabrás muchos que indique lo que sucede con el consumo de productos azucarados? porque dudo mucho que el regalo a los niños/as fuera un yogurt blanco natural. Gracias
Es curioso. El objetivo de la excursión entiendo que el centro educativo lo tiene claro. Será una actividad aprobada por el Consejo Escolar, órgano de gobierno del centro donde las familias están representadas. Ahora. Se lleva mucho el estilo de ir salvando el mundo desde la crítica a otros profesionales vía redes.
Pienso, en esas familias que atascan por sistema las calles de los colegios con sus coches, los motores encendidos y por sistema llevan a sus hijos al colegio contaminando de forma gratuita. Eso se trasmite también. ¿Está madre lo hará? Todos podemos mejorar pero por favor. Que nadie vaya dando lecciones de moralidad y antes busque vías de comunicación con su centro educativo y proponga mejoras. Esto es destructivo.
Que esté aprobado por un Consejo Escolar no lo convierte ni en una actividad educativa ni en una excusa para maquillarlo. Simplemente denota que “se acepta”.
A mi hija se la llevaron en el colegio a la fábrica de Danone y me consta que todos los años realizan esa “visita” en Primero de Primaria. También les obsequiaron con un bote de lápices con forma de yogur. Luego resulta que el postre del menú escolar del cole es un Actimel de Danone, unas natillas, yogures azucarados de sabores, etc.
Me parece fatal fomentar el consumo de productos poco saludables y más con 6 años. Y el colegio es concertado. Debería existir alguna normativa para fomentar en los colegios la Alimentación Saludable, y comprobar que se cumpliera.
Mi hija fue a una fábrica de Coca Cola y le encantó. Después de la visita pasaron a una sala para hacer manualidades con el plástico de las botellas y les dieron una charla sobre la importancia de reciclar.
Por último les dieron algo de merchandising y agua o algún refresco a quien quiso.
En mi opinión no hay que esconderles lo que existe en el mundo ni focalizar toda la negatividad de los productos azucarados en la marca Coca Cola.
Seguro que si la visita la realizan a una fábrica de cereales, galletas, bolleria o yogures a nadie le hubiera parecido mal.