¿Se imaginan que una de las moléculas más perseguidas en la historia reciente de la Nutrición no sea tan mala como la pintan? ¿Serán las sociedades científicas tan maduras de asumir otro mea culpa y reconocer que las recomendaciones actuales podrían estar equivocadas?
En esta entrada voy a hacer de base de baloncesto y voy a recopilar parte del gran trabajo que ya se ha hecho anteriormente en la blogosfera sobre los mitos y errores que han surgido alrededor de el colesterol.
¿Qué es el colesterol?
El colesterol es una molécula de naturaleza grasa y animal. Todas las células animales tienen en su composición colesterol, por lo que la única manera de no encontrar colesterol en un producto animal será que esté exento de grasa.
Colesterol de la dieta y los alimentos
Colesterol y enfermedad cardiovascular
Dentro de las enfermedades cardiovasculares relacionadas con el tema que nos trae a colación, destaca la aterosclerosis. La aterosclerosis, en un burdo resumen, es una acumulación de grasa y otras células en la pared arterial, formando un engrosamiento que posteriormente se transformará en placas de ateroma. Estas placas estrechan de los vasos sanguíneos y contribuyen a su mal funcionamiento.
En el tratamiento de las patologías cardiovasculares, existe por un lado una terapia farmacológica (de la que hablaremos más adelante), y la no farmacológica. Esta última es de gran importancia debido a la influencia que ejercen los factores de riesgo alimentario y el estilo de vida. Estas pautas incluyen recomendaciones, como la pérdida de peso, la actividad física regular (incluso andar); así como factores de riesgo como el estrés o el tabaquismo.
Uno de los grandes errores o “crímenes” que se ha hecho hasta la fecha, es entender que el riesgo cardiovascular debería ser tratado principalmente desde la farmacología, y no desde la promoción de la actividad física y una dieta saludable. Estos aspectos relegados a un segundo plano no han podido ejercer la importancia que se merecen.
¿Cómo se forma la aterosclerosis?
El colesterol no puede ir “suelto” en sangre, ya que es una sustancia grasa que no se disolvería en la sangre. Por eso va transportado en sangre unido a una lipoproteína. El conocido como colesterol “malo”, es un tipo de lipoproteína: las lipoproteínas de baja densidad (LDL). Estas moléculas, se llegan a acumular en la pared de los vasos sanguíneos, y allí no se encuentra protegida por los antioxidantes sanguíneos. De esta manera se encuentra “abandonada” y se propicia la oxidación de sus componentes grasos. Esta oxidación la transforma, y es entonces cuando tienen capacidad para iniciar este proceso aterosclerótico.
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=eTDl0Mza6xk]
Este mecanismo que he explicado, acusaba como gran culpable al LDL, sin importar mucho más otros factores de la propia personas. Durante mucho tiempo nos centramos en la “cantidad” de esa molécula en sangre, y no por ejemplo en el estado de niveles de antioxidantes de sanguíneos, el daño en la pared vascular, la cantidad de moléculas de LDL en sangre, u otros factores olvidados.
¿Cuáles son esos otros factores olvidados ?
Son algunos mediadores inflamatorios como el factor de necrosis tumoral (TNF-α), la adrenalina o la noradrenalina. Estos compuestos facilitan la entrada de las LDL en la pared arterial y su posterior oxidación.
¿Qué errores se han estado cometiendo?
Ya no solo la dieta clásica para el colesterol se estaba haciendo mal, como ya indicamos en el post Mitos y errores en las dietas para el colesterol, sino que la propia hipótesis que la sustenta podría estar errada.
Cuando se enfocaba una dieta para el colesterol de manera clásica se buscaba lo siguiente:
- Reducir el colesterol dietético
- Reducir la grasa saturada
- Reducir los productos animales frente a los vegetales
Esta colección de pautas podría incluir bajo este enfoque errores como: la reducción del consumo de huevo o marisco, la generalización de que toda la grasa saturada es mala (hoy sabemos que no es así), y la asunción de que lo animal es peor que lo vegetal siempre (que tampoco es así). Recurriendo al ejemplo del programa de Radio Nacional, un cruasán puede ser vegetal y contraproducente, mientras que una sardina es animal y beneficiosa.
En esta misma línea, un buen ejemplo es el que sucede con los aceites vegetales, al meter todos en el mismo saco se produjo un aumento de su consumo, y como bien repasa Marcos en este post no es lo mismo tomar ácidos grasos w-9 con los monoinsaturados del aceite de oliva, que la gran cantidad de w-6 que tienen muchos aceites vegetales del mercado.(La entrada además incluye buenos consejos para mejorar los factores de riesgo, aunque no comparto el del vino como señalé en esta entrada).
Además, y de manera secundaria, esto enfoque erróneo conllevaba a unas pautas dietéticas que no siempre han sido las más adecuadas: Uno de los supuestos errores cometidos es el aumento de hidratos de carbono refinados, que se produjo a expensas de la cantidad de grasa. Esto induce un descenso del colesterol “bueno” (las lipoproteínas HDL), y un aumento de las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) y los triglicéridos en la sangre.
Se produce por tanto una paradoja aparente. Se consume menos grasa para así evitar ingerir colesterol de la dieta, pero se aumenta sus niveles en sangre. Un auténtico LOL en toda regla.
Es importante diferenciar que el efecto beneficioso que puedan aportar las verduras y hortalizas, poco tienen que ver con los crereales refinados o productos azucarados, aunque todos ellos sean fuentes de hidratos de carbono.
Fármacos y colesterol
¿Hemos estado equivocados con el enfoque del colesterol?
Ahora nos encontramos de cara a una nueva evidencia. Ya no es solo que las dietas del colesterol mal planteadas no lograban conseguir lo que pretendían, sino que quizás no es lo que teníamos que hacer. Esto es muy fuerte, e implica la madurez para saber rectificar.
Algunos estudios recientes, nos muestran bofetadas como:
Cerca del 75% de de los pacientes hospitalizados de un ataque al corazón no tenían niveles de colesterol de “riesgo”.
Tras analizar los datos de más de 130.000 pacientes ingresados por un infarto cardiaco, se observó que el 72,1% de estos ingresos tenían el nivel de colesterol malo (LDL) por debajo del de riesgo. (130 mg/dl)
El estudio también mostraba que el colesterol HDL (el bueno) se había reducido durante los últimos años, se cree que es debido a la diabetes, la resistencia a la insulina y la obesidad. También encontraron que el 54,6% de los pacientes tenían el colesterol “bueno” (HDL) por debajo de 40 mg/dl.
- Ingesta de grasas saludables a través de frutos secos y aceite de oliva.
- Más consumo de pescado
- Dieta basada en el consumo de frutas, verduras y hortalizas.
- Ejercicio físico regular.
———
Si te ha gustado esta entrada y crees que merece la pena ser compartida, puedes ayudar al trabajo de divulgación del blog apoyándolo con tu voto en los Premios Bitácoras, donde es candidato en la sección de Salud, pulsando en el botón que hay a continuación: ¡Muchas gracias!
Buenas Aitor!
Enhorabuena, hacen mucha falta entradas como ésta que socialicen la más reciente evidencia científica, pues parece que el cambio de las recomendaciones oficiales es mucho más lento (lógicamente). Ayer mismo leí un artículo de un médico que recomendaba no exceder el consumo de 3 huevos por semana…
Creo que hay una hipótesis (no conozco su grado de evidencia) que relaciona el aumento de colesterol con el grado de inflamación crónica del organismo. Es decir, que el aumento de colesterol sería una reacción del organismo al alto grado de inflamación que padece (cuyas causas serían varios factores cruzados). Qué opinión te merece este planteamiento?
Merece también mencionar que a veces nos obcecamos con los marcadores cuando parece que el factor determinante es otro. En cuanto al HDL, creo que se desarrollaron fármacos que aumentaban sus niveles, pero el riesgo de cardiopatías no se redujo. Eso podría indicar que hay otro factor subyacente que provoca el aumento de HDL y a su vez reduce el riesgo, pero que los niveles por sí mismos no son determinantes?
Gracias de antemano!
Chapó ;).
Que por cierto, ojo al dato, has referenciado tres entradas de gente que no es dietista-nutricionista! jajaja. Pero la verdad que son buenísimas, tal y como tu entrada, y la tuya por cierto tengo que felicitarte porque se entiende excelentemente.
Un comentario sobre la aterosclerosis. El ateroma puede formarse sin que necesariamente implique un riesgo cardíaco, es el caso de los masai, por ejemplo..
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/5007361
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14128829
Es decir, el mecanismo de causalidad aterosclerosis -> fallo coronario, no lo veo tan claro. Como mencionas, suelen ser los marcadores de inflamación donde vemos correlaciones interesantes.
Bueno, ya sabes Carlos que siempre he dicho que la divulgación en Nutrición no es únicamente tema de la profesión, hay grandes divulgadores que hacéis un gran papel. http://wp.me/p1X46Y-nT
Muy interesantes los estudios que enlazas de los masai.
Yo creo que es primordial empezar a darle más caña a las líneas que van por los marcadores de inflamación, y cómo la dieta los afecta.
muy buen artículo! y diria además colesteLOL? WTF!!
Me gustó mucho esta publicación, porque mi médico a toda costa quiere encajarme estatinas de por vida…y yo me negué. ¿razón? que según mi análisis, tengo 237 de LDL … pero 91 de HDL ! Yo uso aceite de oliva, hago gimnasia tres veces a la semana, uso poca sal , incluyo verduras en mi dieta, rara vez frituras…
Me gusto mucho este blog y estoy totalmente de acuerdo en la mayoría de estos aspectos ya que la obesidad es un problema que nos atormenta a diario, vemos todos los días personas comer sin limite como que si no hubiera un mañana. A medida que el índice de masa corporal aumenta, también aumenta el riesgo de sufrir enfermedad de las arterias coronarias. Esta enfermedad consiste en el depósito de una sustancia serosa llamada placa dentro de las arterias coronarias, que llevan sangre rica en oxígeno al corazón. En si el colesterol no es mas que el principal esterol del organismo humano. Los esteroles son un tipo de grasas naturales presentes en el organismo. El colesterol se encuentra en nuestro cuerpo formando parte de membranas celulares, lipoproteínas, ácidos biliares y hormonas esteroideas. Aunque podemos evitar esto al l realizar ejercicio físico de tipo cardiovascular, reduce los niveles de colesterol y triglicéridos, mejora la circulación de la sangre, evita la osteoporosis y activa el sistema inmunológico. Asi como también:
Evita el consumo de tabaco. Evita tomar bebidas alcohólicas
Muy buen articulo seguro me va a servir ya averigue otros datos referentes a este articulo que talves le interese saludos
Peazo artículo, enhorabuena!! Desde luego que para estar sano no hacen falta productos milagro. Si no lo que nos han dicho siempre nuestros mayores, “come bien, haz ejercicio…”. Yo no soy nada fan de dietas porque siempre es lo mismo 1 mes jodido para perder peso y luego lo recuperas todo otra vez. Pero me recomendaron varios colegas la dieta de la zona y desde luego diría que es la mejor que conozco. Como de todo, no me privo de nada de lo que me gusta, lo único que tengo que medir bien qué cantidades tomar de cada cosa. Es un poco coñazo al principio pero después sale solo y lo agradeces, porque me encuentro con muchísima más agilidad que antes (física y mental) y he perdido los kilos que me sobraban. No es una dieta es ¡vivir bien! la acompañas de algo de deporte a la semana y listo!! Y claro, tiene que ayudar a no tener el colesterol por las nubes. El salmón y el brócoli, sanísimos!!
Muy buen artículo. Increible pero cierto, el negocio de los fármacos y colesterol.
Gracias por tu entrada Aitor. Creo, no obstante, que incluye aspectos profundamente equivocads, al menos en alguna de sus partes. La placa de ateroma, como muchos proesos biológicos es reversible y nuestro sistema inmunitario se afana en expulsar de nuestras arterias el cuerpo extraño que allí se encuentra que es el colesterol oxidado. Por un simple mecanismo de diferencia de concentraciones es mejor tener el LDLc en sangre lo más bajo posible, porque da fuerza a ese mecanismo de sacarlo de la arteria. 130 mg/dl es un nivel muy alto, verás como se seguirá bajando. Por supuesto, dar fuerza al mecanismo de limpieza aumentando el HDLc sería también muy beneficioso, pero no es fácil lograrlo y ahí seguramente la dieta es un coadyuvante de primer orden.
Creo que es cierto que el colesterol de la dieta no es tan relevante pero en sujetos que lo tienen elevado, junto con otros factores que dañan el endotelio (como tabaquismo o hipertensión), el uso de estatinas forman una inestimable primera linea preventiva; los datos sobre su eficacia son, creo que incontestables. Que un sujeto tenga un nivel de colesterol normal en el momento de un infarto no significa que el colesterol no haya sido el culpable de la placa de ateroma que ha llevado a ese infarto. En definitiva, creo que un sujeto sano que lleva una dieta saludable debe tener ambas cosas, un HDLc en niveles protectores y un LDLc lo más bajo posible, en mi opinión 100 mg/dl sería un nivel mucho más adecuado en sujetos sanos.
Perdona la parrafada y muchas gracias por tu blog.
Hola
Hay un argumento falso muy utilizado habitualmente:
“Cerca del 75% de de los pacientes hospitalizados de un ataque al corazón no tenían niveles de colesterol de “riesgo””
Es exactamente el mismo que el de los accidentados de trafico pero al revés. Podríamos plantearlo como:
“Cerca del 75% de los implicados en accidentes de tráfico no tenían niveles de alcohol en sangre excesivos”.
Lo que quiere decir que hay un 25% que sí lo tenían, y por lo tanto aparentemente sí que es un factor de riesgo
Estoy absolutamente de acuerdo contigo en todo el artículo, pero cuando leo el argumento expuesto (aparece en muchas webs) me echo a temblar…
Saludos y buen trabajo.