Cuando reflexionamos sobre el impacto ambiental que tiene nuestra alimentación con mucha frecuencia sale a la luz que la carne es sin duda uno de los alimentos más contaminantes.
Este hecho hace que surja una resistencia, un argumento que viene a decir “dejar de comer carne no va a salvar el planeta” y tiene toda la razón, porque ninguna medida por si sola va a solucionar un problema tan complejo.
Igualmente podríamos decir que reciclar no va a salvar el planeta, o que la bici no va a acabar con el calentamiento global.
Cuándo hacemos estas recomendaciones no las planteamos como la única solución y panacea a todos los males.
Seamos justos, y centrémonos en aportar nuestro pequeño granito de arena. Eso será mucho más constructivo que buscar excusas para mantener un consumo que es a día de hoy abusivo e injustificable.
Reducir el consumo de carne actual es un consenso por diferentes motivos: medioambiental, ética y sostenibilidad.
¿Conocíais esta infografía?