Me he lanzado a aclarar esta pregunta a raíz de un post que Antonio Martínez Ron ha publicado en Next. La entrada titulada “El estudio que puede acabar con las dietas” habla del estudio “Personalized Nutrition by prediction of glycemic response“. Donde han sido capaces de predecir la respuesta glucémica de las personas, y por tanto acercarse a la nutrición personalizada. En la entrada aparece parte de mi opinión que ampliaré en este post, y también de David de Lorenzo, que trabaja en nutrigenómica.
Entre otras cuestiones en distintos grados de profundidad, lo importante que trae este estudio es la capacidad de predecir la respuesta glucémica de una persona teniendo en cuenta su microbiota, antropometría, análisis sanguíneos y estudiando su dieta. Es un gran avance en poder conocer cómo vamos a reaccionar como individuos ante una comida. Al igual que ha llamado a la atención la gran variabilidad de respuesta que han entre sujetos. Aspecto que se amplía en la parte de “High Interpersonal Variability in the Postprandial Response to Identical Meals” del artículo científico.
Quería matizar que esto es más que esperable, es un aspecto prácticamente universal en nutrición, no solo en la respuesta a la glucemia, también en las tolerancia individuales a alimentos, las necesidades nutricionales, o aspectos fisiológicos que nos cambian entre personas. Cada persona tiene unas necesidades fisiológicas concretas, que se traducen en unos requerimientos diferentes, y que lógicamente vienen derivadas por una lógica diferente respuesta ante todo.
Es decir, un arroz con garbanzos a mí no me va a producir la misma respuesta en mi cuerpo que a ti. Porque ni somos iguales en fisiología, estado nutricional, composición corporal, estado de salud ni microbiota. Cosa bien conocida que justifica el por qué la atención nutricional debe ser personalizada.
¿Esto quiere decir que no tiene sentido hacer recomendaciones generales a la población?
Ni mucho menos. Que las recomendaciones generales o las guías alimentarias tienen utilidad limitada es un hecho. Por eso se hace salud pública, y luego atención personalizada. No creo que haya que menospreciar la comunicación que se puede hacer a toda la población con técnicas y elecciones culinarias que permitan amortiguar las glucemias postprandriales. Eso debe ser el marco general, y una vez ahí, personalizar. Sobre todo en un contexto en el que el abordaje dietético no está en nuestra sanidad pública, corremos el riesgo de convertir a la personalización de la nutrición en un abordaje pijo-elitista, más que en una prioridad de salud (en el caso de que lo fuese).
Por supuesto, es esperable que al considerar microbiota, hábitos de vida y antropometría la predicción sea mucho mejor que como se hacía antes solo con la dieta. Los abordajes de índice glucémico y carga glucémica se quedan muy cortos si hablamos de respuestas fisiológicas generales.
¿El motivo? En nuestra dieta real se mezclan muchos alimentos, lo cual provoca una gran variedad en la respuesta glucémica. De hecho, esta “convivencia” de alimentos es lo que más la varía.
Es más, el microbioma está regulado según qué alimentos comemos, lo mismo pasa con la antropometría o los marcadores bioquímicos. Por lo que esta respuesta glucémica se vería constantemente afectada, ya que los factores predictores irán cambiando conforme a nuestra pauta dietética.
Es esperable que si sigo una dieta saludable, mis respuestas glucémicas cambien dentro de tres semanas, ya que todo lo que la predecía cambia a mejor.
¿Para qué puede ser útil entonces predecir la glucemia?
Sobre todo en el abordaje nutricional personalizado, estudiar respuestas específicas en un mismo individuo. Es decir, analizar cómo por ejemplo podríamos amortiguar una glucemia en tu plato de arroz, o cómo a ti en concreto te mejoraría la glucemia después de tus ingestas con otros alimentos. ¿Interesante? Sin duda, pero las recomendaciones me temo que no irán en una línea muy diferente a la de recomendación de los alimentos saludables que ya hacemos hoy en día.
Es muy interesante que se pueda predecir de una mejor manera la respuesta glucémica, pero constituye un solo factor de tantos en la personalización de la dieta. Es más yo me llego a preguntar si es uno de los más importantes dentro de esa variación.
Independientemente de la predicción y la variabilidad intersujeto, tenemos claro qué alimentos son más saludables no solo teniendo en cuenta la respuesta glucémica, sino la prevención de otras enfermedades, por lo que la prescripción de los mismos tampoco se ve muy afectada, ya que los Dietistas-Nutricionistas consideramos muchas otras variables al dar una pauta dietética concreta.
Entre otras cosas, y por integrarlo con otros abordajes, la personalización no acaba en la fisiología, sino en los gustos, en el hábitos, en la rutina social. Por lo que si lo queremos integrar con las nuevas tendencias de dietética, podemos decir que está bien personalizar la pauta a la respuesta glucémica, pero más importante sería hacerlo a la adherencia individual. ¿No? Sobre todo teniendo lugar que es uno de los factores predictores más importantes.
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La investigación en dietética personalizada no solo va en el aspecto fisiológico, también en el conductual. El factor que más influye en el éxito de una dieta no es ella en sí misma, sino el tiempo que la sigue una persona. La nutrigenómica tiene un papel muy prometedor, pero tiene que buscar el hueco del cómo nos va ayudar y cómo vamos a canalizar este conocimiento, si esto no se hace de manera rigurosa, corremos el riesgo de acabar comprando algún test personalizado pseudocientífico.
No creo por tanto que este estudio vaya a acabar con las dietas ni mucho menos. Sí que nos remarca la importancia de lo diferentes que somos y que el abordaje poblacional se queda corto cuando hablamos de problemas individuales (obvio). Eso sí, la próxima vez que nos hablen de personalizarnos una dieta no pidamos solo una adaptación fisiológica, antes va adaptar a nuestra vida. Ahí recae el valor de la personalización.
Muy buen artículo
Totalmente de acuerdo, las dietas y en especial el tipo de alimentación tienen que adaptarse a las características de la persona y no al contrario, por esto existen profesiones como nutricionistas y dietistas que se forman para ofrecer planes nutricionales totalmente personalizados, esas dietas sí que cuentan con la personalización que requiere esto.