El debate entre lo ecológico y lo transgénico siempre levanta ampollas, arrastras pasiones y argumentaciones morales más allá de la propia legislación y de las evidencia científica. Por este motivo es imprescindible en el ámbito social y político, y se deja ver por tanto en las propuestas para las elecciones europeas. Tal y como podéis observar en este post de José Miguel Mulet, o en este genial trabajo de recopilación de propuestas políticas que ha hecho Fermín Grodira.
Es por este motivo, por el que he abierto las puertas de esta casa a un amigo, compañero de voluntariado y simpatizante de EQUO, José Almendros, con el que siempre tengo discusiones interesantes en este y otros ámbitos. Dentro de estas charlas siempre le he achacado el porqué de la prohibición de una tecnología, no ya el de una regulación, sino una supresión tajante. Aquí tenéis su respuesta por si queréis arrojar vuestra opinión y parece al respecto.
Política, ciencia y rigor
La prohibición del uso de transgénicos en agricultura es una apuesta con éxito de masas que diferencia al Partido Verde Europeo, representado en España por EQUO. La contundencia de la propuesta suele generar en las personas pertenecientes a la comunidad científica y divulgadora (como ocurre con el autor de este blog) un rechazo irreconciliable con los partidos ecologistas, a los que se tacha de faltos de rigor. El siguiente artículo va orientado a explicar por qué el fondo de los planteamientos de estas formaciones no son acientíficos, sino POLÍTICOS. En la NECESIDAD de llegar al gran público para sacar adelante propuestas que defienden a los más débiles reside la necesidad de simplificar las argumentaciones. Y si eso no se lo echan en cara a Pablo Iglesias, nosotros no nos merecemos un trato diferente. Porque lo que voy a tratar de defender aquí es que todo gira entorno a una cuestión: en el marco actual económico y legislativo a nivel internacional, la potencialidad para que los transgénicos aumenten la brecha entre ricos y pobres (y con ella el hambre, la desnutrición, la malnutrición), es mucho mayor que la de que la reduzcan.
Comparto todos los planteamientos a cerca de transgénicos que se han hecho en este blog. Qué leches, comparto todos los planteamientos que se han hecho en este blog. Con esto quiero recordar especialmente artículos como “A veces comer es un acto político”, o la excelente iniciativa de Dietética sin Patrocinadores. Espero con ello poder ahorrarme toda la explicación de que entiendo que la tecnología transgénica en alimentación no es un riesgo por sí misma para la salud, y también que lo que si es un enorme riesgo para nuestra salud es la Industria Alimentaria como la conocemos a día de hoy.
Cuando desde los movimientos y partidos ecologistas aseguramos que la no prohibición de los transgénicos en agricultura (siempre sólo en agricultura, nunca hablamos de otros campos, donde defendemos y apoyamos su uso) es un riesgo para la salud pública, tenemos la conciencia tranquila de estar defendiendo una verdad, y con ella al ciudadano. ¿Y por qué esta seguridad? La trayectoria de las empresas que actualmente manejan el mercado de los transgénicos avala esta postura. En este punto, la comunidad científica hace una puntualización: “entonces lo que se debe regular es el marco de propiedad intelectual, económico y de impacto ambiental, porque estos problemas ocurren en otros sectores de la misma manera”. Eso estaría bien. Es hilar fino. Y por tanto, de momento, imposible. La peculiaridad del sector agro-alimentario es que es que es el la Aldea Gala, el último bastión que queda para poder ser (que no quiere decir que se haga así, pero todavía se puede hacer así) seres humanos fuera del control de los grandes poderes financieros. La prohibición del uso de transgénicos, repito, en el marco económico y legal actual, está directamente vinculada a la posibilidad de desarrollar una Soberanía Alimentaria de los pueblos.
Un ejemplo para ilustrar esto que, por desgracia, ya nos ha pillado tarde, y que me siento autorizado a desgranar. Uno de los principales detonantes de la crisis fue la desmesurada construcción de obra pública. Y se ha puesto el acento más en concreto en AVEs, aeropuertos y autovías. Ninguna de las 3 cosas es mala por sí misma. Es más, una red de Alta Velocidad, aeropuertos y autovías bien combinados y presupuestados correctamente tendrían impactos positivos en la reducción del Impacto Ambiental y en la brecha entre ricos y pobres. Pero era de esperar que, conociendo la estructura clientelar de empresas constructoras y poderes públicos de nuestro país, esta apuesta por la obra pública de alta tecnología tuviera como resultado lo que hemos vivido. Para evitarlo podríamos haber hecho dos cosas: o bien reformar la Ley del Contratos del Sector Público, la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental, el sistema financiero, el tribunal de cuentas y, si me apuran el sistema judicial y la Ley Electoral, o bien haber presionado fuerte en la realidad de que las infraestructuras traerían consigo un empobrecimiento de la ciudadanía, como aseguraban algunos colectivos. Dejamos que estos colectivos perdieran la batalla, sin saber que esa batalla era también (sobretodo) nuestra.
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En el caso de la alimentación, y en otros sectores como la ropa, se ha intentado sin éxito incluir la obligación a nivel en el etiquetado a nivel europeo en cuestiones como por ejemplo las condiciones laborales en las que se ha realizado el producto: no ha sido posible. No contamos de momento con el suficiente apoyo social como para OBLIGAR a los políticos a poner medidas, a cualquier precio, para defender los derechos de las personas a un trabajo digno, o a un reparto justo de los beneficios. De la misma manera, derrotar a las grandes multinacionales en el campo de la salud se ha demostrado posible.
Pero las sanciones no han sido lo suficientemente grandes como para eliminar de la ecuación de la soberanía alimentaria a las empresas delincuentes. Y creo que es más que necesario recordad lo dura y traumática que ha sido la experiencia de la gente que en acciones de activismo ecologista se ha enfrentado a los grandes poderes. Cuado se pelea, día a día, se hace estrategia. Bastante locos están para pelearse con Goliat, como para ir a la guerra sin un plan de masas.
“Estas políticas de prohibición reducen la posibilidad de llevar a cabo investigaciones públicas, como la del arroz dorado, que podrían mejorar la situación de malnutrición de millones de niñas y niños”. Ya se pueden salvar esas vidas. Ya tenemos la tecnología para mejorar esas condiciones de vida. El café es un alimento básico, pero representa un monocultivo en muchas zonas de este mundo donde hay problemas de malnutrición. Podrían plantar cosas más útiles para su alimentación. Y arroz dorado, si existiese. Pero no lo hacen. Cuestión de propiedad. Cuestión de economía. Cuestión de política.
Como ya he dicho, comparto la visión de este blog, y en especial su visión por el rigor científico. También preferiría el rigor intachable en la política. Me gustaría no oír argumentos simplificados: no tener que oír “Alemania tiene la culpa”, “los políticos son unos corruptos”, “los funcionarios son unos incompetentes”. Pero lo oigo. Y entiendo el mensaje más complejo que hay detrás. Y sé que hay personas en las que puedo encontrar una respuesta más compleja que lo que el mensaje a priori expresan. “Los países periféricos estamos expuestos a las decisiones de la oligarquía de la banca, que ahora mismo se reúne en el Bundesbank”, “Hay una acumulación de casos de corrupción vinculada a los partidos políticos, que están cartelizados”, “la introducción de estímulos laborales para empleados públicos mejoraría su rendimiento”.
No soy una excepción, ni mucho menos, dentro de EQUO o el Partido Verde Europeo. Solamente puedo invitaros a conocernos más de cerca, a encontrar las respuestas completas. Pero sobretodo a que seáis activistas apasionados, defendiendo una investigación pública, libre de condicionamientos y presiones, vengan de donde vengan. Una Soberania Científica. Y defendiendo un mundo más justo en el que se respeten y garanticen los derechos de todas las personas, las de hoy, y las de mañana. Todo eso, y sencillamente eso, es la ecología política. Propongo que vayamos juntos a esa batalla que se está librando ya, en buena medida, en el Parlamento Europeo, y a la que podréis restaros o sumaros el próximo 25 de Mayo.
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Colaboración de José Almendros es estudiante de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en la UCLM y simpatizante de EQUO.
Yo también pienso cosas así. Que a veces la “ciencia” no les deja ver el bosque.
Estupendo lavado de cara, pero no cuela. Es un simpatizante. Aunque se están dando algunos pasos, primero pídele a un representante Equo que avale esto en campaña electoral (y que Greenpeace recule/se disculpe/ explique (al menos)) todas las alarmistas campañas cuajadas de falsedades, y luego hablamos. Tienen mucha responsabilidad en el oligopolio de la biotecnología por las grandes multinacionales. Su manipulación de la opinión pública ha hecho que las administraciones decidieran no dar prioridad a estos estudios, y ahora todo está en manos privadas. Soy investigador en el sistema público y no perdono todos estos años que han estado engañando remando en la dirección contraria. Ahora el transgénico no es un veneno, vaya, ahora solo es una cuestión de soberanía alimentaria. Ja! Son ellos los que han puesto todo el poder en manos de las grandes corporaciones! Son ellos los primeros culpables! Y te lo dice un votante de izquierdas avergonzado de no encontrar una opción política que se base en criterios cientificos o que ,al menos, no haga demagogia barata en este tema…
Hola Vir, voy intentar contestar a tus comentarios. Lo primero, los actos de campaña de EQUO han sido abiertos, y seguirán siéndolo. Con ello puedo decir que puedes preguntarle a cualquier persona. De hecho te animo a que preguntes sobre el tema (a mí también me da curiosidad) a Ska Keller, candidata a presidenta de la Comisión Europea, en twitter, que estará específicamente contestando preguntas.
Por otro lado, que en este debate pro-contra nos nombremos los unos a los otros como soportes de las Multinacionales, nos hace, como siempre nos ocurre, vulnerables ante los verdaderos oligopolios del poder, al que desde luego no correspondemos ni investigadores ni ecologistas. La propuesta económica de EQUO y del PVE apuesta por lo público, lo social, y por el control de la ciudadanía de los poderes financieros. Es lo que llamamos el New Deal Verde. La forma de financiarse de EQUO, sin créditos de la banca, apunta a un modelo de política que poco tiene que ver con la concentración de poder de las multinacionales.
En cuanto al tema de la salud, no he dicho que no afecten, sino que la tecnología de por sí, no afecta. Afecta la propiedad, afecta la soberanía, y sí afecta a la salud, porque concentra poder, y aumenta la indefensión del cliente y del ciudadano.
En cuanto a la opción política con un discurso científico completo, yo tampoco la he escuchado. Hay que tener en cuenta que la opción que nos gobierna no completa un discurso coherente ni siquiera por frases. Las opciones que han acumulado intención de voto lo han hecho precisamente por simplificar el discurso. Lo que si te puedo asegurar es que en el activismo de calle (especialmente en las nuevas opciones políticas de izquierdas) estamos mucha gente deseando que se acerque gente crítica y formada que mejore la construcción del discurso político. Más allá de los blogs y las redes. DESEANDO.
Es confundir a las empresas con la tecnología.
La solución seria tan senzilla como limitar el uso de transgénicos a aquellos desarrollados por instituciones públicas.
No hace falta atacar a los transgénicos con histeria y falsedades como hacen Greenpeace y muchos otros grupos mal llamados “ecologistas”.
Ojalá. Ese es un planteamiento perfecto. Ahí entra la componente político-económica. Y en este momento, donde la privatización es un mantra, resulta complejo mantener alejado al sector privado de algo “simplemente por ser privado”.
Me gusta mucho que no dejes que te roben el concepto “ecologista”. Si lo sientes como propio, defiéndelo, profesionalízalo, dale rigor y no dejes que nadie te lo quite. Y muchos voluntarios ecologistas quieren oír mensajes como el tuyo.
Pero es que en realidad ni siquiera hace falta impedir a las privadas desarrollar transgénicos, aunque podría servir como opción radical y sin mucho sentido. Nadie va a obligar a los agricultores a usarlos.
Y los que se desarrollen en instituciones públicas deberían de ser más baratos (pero claro, para eso hace falta invertir en I+D en vez de recortar). Cada agricultor es libre de escoger qué cultivar, y si con un transgénico obtiene más beneficios, pues eso cultivará, independientemente de quién lo haya desarrollado.
Y me dan mucha rabia los autoproclamados ecologistas que sin tener ni diea estan en contra de los transgénicos, cuando los transgénicos Bt son mucho más ecológicos que casi cualquier otro cultivo, porque reducen drásticamente la cantidad de insecticidas necesarios (incluso menos que en cultivos “ecológicos”, donde se usa Bt a mansalva que acaba indiscriminadamente en todos lados menos donde tiene que estar).
Por no hablar de los agricultores “ecológicos” que usan sulfato de cobre pero que recelan de los transgénicos…
Y la mayoría de “ecologistas” que conozco no tienen ni idea de la mayoría de temas que defienden.
Yo me preocupo por el equilibrio ecológico del planeta y su preservación, pero si me presento como ecologista algunos me tomaran por un chalado como los de greenpeace, que prefieren que millones de niños tengan malformaciones o mueran a que se cultive el arroz dorado…
Además, las variedades transgénicas no son, ni de lejos, las únicas patentadas. Muchas variedades “tradicionales” estan patentadas por las empresas que las han desarrollado (de forma “natural”), y sus limitaciones de uso son exactamente iguales que para los transgénicos de las empresas privadas.
Hay que prohibir también las plantas no-transgénicas? Según vuestra lógica, sí.
Todo sería mejor con una ley de propiedad intelectual más libre, en la dirección de la que está desarrollando Ecuador. No, no es lógico que se patenten semillas. ¿Es el ritmo de producción de patentes el mismo? No lo creo. Desde luego, creo que eso no es excusa para que sí se puedan patentar tipos de semilla alcanzados por cruce.
Pues yo creo que sí se deben poder patentar semillas, aunque estoy de acuerdo con que el sistema de patentes necesita ser revisado a fondo.
Si inviertes tiempo, esfuerzo y dinero en desarrollar algo nuevo, es justo que puedas tener temporalmente el monopolio sobre tu invento. Y una variedad de planta no es diferente de un fármaco o de un nuevo tipo de pneumático, por ejemplo.
Al fin y al cabo, nadie fuerza a los agricultores a usar semillas patentadas, es su elección.
Además, ya hay muchísimas variedades, con patente y sin, que son híbridas y que por tanto sus semillas nos e pueden replantar y hay que comprarlas cada año. Y los agricultores lo hacen, porque les sale a cuenta.
“Cuando desde los movimientos y partidos ecologistas aseguramos que la no prohibición de los transgénicos en agricultura es un riesgo para la salud pública, tenemos la conciencia tranquila de estar defendiendo una verdad”
Pero luego no presento ni una prueba de esa verdad, me dedico a hablar de las obra públicas y del AVE y que si no se plata arroz dorado es porque no quieren (entonces todo el movimiento para pedirle a GreenPeace que no se oponga lo debo haberlo soñado).
Algo no entiendo. Si se trata de una simple cuestión de que las grandes empresas no sigan amasando poder o de soberanía alimentaria, a qué viene todo ese intento de desacreditación de los trangénicos por la parte científica (diciendo que son malos para la salud, para el medio ambiente…). Un discurso que asociaciones ecologistas como EQUO siguen manteniendo y que, pese a lo que esperaba del post, no encuentro rebatido ni explicado.
Siguiendo con el ejemplo del autor, como el AVE o los aeropuertos pueden tener consecuencias sociales debemos prohibir las obras públicas, en general. O como existen grandes empresas farmacéuticas hay que prohibir la medicina. O como los grandes grupos económicos controlan el sector de los medios de comunicación prohibamos la prensa, la radio y la televisión. Etc.
Y lo de que “es un riesgo para la salud pública” lo deja caer pero no lo explica con ninguna evidencia ni argumento.
Hombre comparar una gestión política de gasto público con la polémica entre transgénicos y ecologistas también es hilar muy fino…y recuerda un poco al recurso de echar la pelota a otro tejado. Creo que el “sector” científico hace mucha más autocritica revisando y comprobando la seguridad que los ecologistas con sus triquiñuelas y todo lo desprendido a partir del ECO. Veo falta de autocrítica en sus lemas/mensajes. Salud2
Loable intento y razonada explicación (que agradezco)… pero no cuela 😉
Te detienes poco en la ciencia pública, y creo que es la piedra angular: ¿qué mejor soberanía alimentaria que España -p.ej- desarrolle variedades adaptadas a su territorio y a los cambios que éste experimentará debido al cambio climático? Ahorramos en patentes, creamos un producto específico, ahorramos energía y obtenemos una agricultura más eficiente que, si no fuese por la cerrazón, podría conjugarse con prácticas provenientes de la agricultura ecológica. Sobre el arroz dorado, no es tanto quitar café para plantar arroz (que también) como *sustituir* las plantaciones de arroz existentes por el dorado.
Por otra parte, resulta evidente que en el contexto actual hay recursos para alimentar a la población mundial. Pero no es menos cierto que el mundo no es el que nos gustaría, y que mientras luchamos por un mundo más justo y menos desigual debemos aprovechar todas las herramientas a nuestra disposición. Máxime cuando en los próximos años se notarán cada vez más los efectos del cambio climático y la población mundial seguirá aumentando de forma notable. ¿Por qué rechazar variedades resistentes a la sequía o plagas desarrolladas con dinero público? No hay explicación racional para ello.
En cualquier caso, gracias por intentarlo, por admitir cosas a todas luces evidentes (el tema de salud y transgénicos, que sin embargo la mayoría de tus compañeros no asumen) y por dar el paso. El debate es siempre necesario.
Ah! No veo qué pinta la Ley de Evaluación ambiental en las infraestructuras. Si una línea de AVE cumple los requisitos, podrías hacer cien clónicas paralelas y seguirían cumpliéndolo. ¿Hace falta más EA Estratégica? También, pero el problema está en la concepción del territorio, y es político. Créeme, los valencianos lo sabemos bien.
PS2: ¿Por qué las semillas transgénicas son EL mal, y las otras semillas patentadas no incomodan al personal? Sigo sin explicármelo.
Amigos me permito observar que hay pasión por los comentarios y comentarios apasionados.Y en los temas tratados aqui y aun considerando la información mínima que se pueda poseer,aportaria mucho mas a esclarecer posiciones de todos los puntos de vista, un analisis mas “cientifico” si se me permite, que de mera “opinión” personal. Dejar de lado posturas y abrirse, insisto, a una lectura de ese mensaje entre líneas que se teje en la conjunción de las posturas politicas de ambos lados.
Todo este razonamiento atufa a “post hoc”. EQUO ha tomado una decisión basada en criterios arbitrarios y pseudocientíficos, y ahora se trata de justificarla para no perder una parte del exiguo electorado que les votaría. Lo siento, no cuela.
Mmmm… no está bien desarrollada la argumentación y no están hiladas las justificaciones y explicaciones con corrección. Por ejemplo: no son paralelas las industrial alimentarias con el boom inmobiliario, ése tema resulta desubicado, no se contextualiza bien, si es que hay un nexo de unión entre ambos temas, Lo entiendo, pero la estructura del texto no sigue una lógica argumental coherente.
No hay descubrimiento revolucionario que mal usado no tenga consecuencias negativas.
Si no queremos transgénicos (en agricultura) porque son tan revolucionarios que en malas manos son peligrosos… ¿significa que no se debe innovar en agricultura? ¿O se debe “innovar poquito” para que en caso de que acabe en malas manos los efectos sean pequeños? ¿Directamente no se debería investigar?
La moralidad no está en la ciencia ni en la técnología: está en el uso y el fín que se busca con ella. Toda tecnología o ciencia que aporte un valor añadido se puede utilizar para fines diversos; loables y también moralmente dudosos. Por tanto, si el motivo de prohibición es que “se puede usar para provecho de unos pocos y no confiamos en las leyes y/o organismos reguladores”, …entonces se debería prohibir todo.
No se puede mezclar ciencia con política. Para mí, es un punto negativo para EQUO.
en el setido de la utilizacion de la tegnologia en el campo pienso que es un gran error utilizar productos transgenicos ya que tuve la grata oportunidad de platicar con un ingeniero agronomo quien me explico la funcion de las semillas tratadas o transgenicas que para erradicar el hambre o cubrir la demanda de produccion en las ciudades o páises sobrepobladas, nos hace un daño irreparable para el organismo y para nuestras futuras generaciones ya que al consumir alimentos de origen transgenico tiende aumentar las probabilidades de enjendrar hijos con algun tipo de discapacidad como lo es ceguera, falta de una pierna o un brazo etc. por lo que se han reealizado experimentos con ratas a quienes alimentan con estos productos y sus hijos nacen con deformaciones por eso pienso que la tegnologia en el campo nos daña.
Pues ese ingeniero agrónomo no tenía demasiada idea. Claro que si le preguntas a un panadero sobre qué fertilizantes son mejores para el trigo, pues no tendrá demasiada idea, porque aunque trabaje con trigo, su cultivo no es su trabajo. Los ingenieros agrónomos ni diseñan los transgénicos ni comrpueban su seguridad, así que ese título no le da ninguna autoridad para hablar sobre su seguridad.
Es totalmente FALSO que los transgénicos (cualqueira de los comercializados actualmente) tengan efectos negativos sobre la salud humana.
De hecho con transgénicos se puede reducir el uso de insecticidas y plaguicidas que sí pueden ser dañinos en concentraciones suficientes.
Lo del experimento con ratas es falso.
PD: Se escribe “tecnología”
Hace ya meses, pero no me he podido aguantar.
La mayoría de la gente piensa que el tomate de Murcia es propio de allí, o que comió fresas cuando murió Franco y desconocen la transgénesis que se ha llevado a cabo en casi todos los cultivos actuales (aquella que se hacía con radiación).
Es un tema complicado.
Con todos mis respectos, con su comentario, parece que no tiene muy clara la profesion del ingeniero agrónomo.
como puedo darme cuenta de los productos que son transgénicos? a veces las personas consumimos sin saber el origen verdadero de los productos.
Técnicamente, todos somos transgénicos. A menos que nunca hayas sido infectado por un retrovirus, cosa harto improbable.
Abrir la puerta es un acto valiente y merece aplauso. También las explicaciones de José son audaces y prudentes al mismo tiempo. A mi me parece que se queda a medio camino y la impresión que dejan los comentarios es que tus lectores somos en general bastante escépticos con los ecologistas militantes, sean Equo o cualquier otro.
Hace pensar si no es tan buena idea permitir un artículo así aquí, que obviamente no representa la opinión del autor del blog. Sabiendo que los visitantes vamos, mayoritariamente, a discrepar con quienes se instalan en la equidistancia científica parece que es exponer demasiado al colaborador al escarnio.
En todo caso una experiencia atrevida e interesante. Yo me decanto mucho más por la postura del administrador o la de Mulet, por poner dos ejemplos conocidos. Pero me gusta que me fuercen a pensar, consolida las convicciones. O a veces, las cambia, espero que a mejor.
José sabía dónde escribía, te lo aseguro Walter.
Precisamente como el discurso incluía un enfoque diferente al que se dice desde el partido y al no ser tan drástico creía que tenía cabida para el debate.
Y de hecho creo que así ha sido, me parece las respuestas han sido muy acertadas señalando los puntos que más flaquean de esa argumentación; pero me parece también muy importante que señalemos los handicaps de los OMG y que no se despachen siempre con un sencillo “eso es cuestión de patentes, inherentes a todo proceso mercantil de otros ámbitos”. Es cierto, pero como científicos tenemos que dar esa información y luchar para que en nuestro ámbito y con nuestro pequeño peso, cambien las cosas poco a poco. (Al igual que hay gran inversión pública en OMG en muchos países en vías de desarrollo).
Me quedo con esa última frase de tu comentario “me gusta que me fuercen a pensar” y creo que publicando este texto ayudaba a ello.
¡Un saludo!
Considero que la mayor parte de la población creemos que el avance científico y tecnológico es completamente necesario, siempre que se exploten los recursos naturales de forma sostenible. Todos somos ecologistas? Quizás no, porque como bien dice Jose, nos han robado el concepto!
Y es que todos sabemos que la realidad de cualquier sector (transgénicos, renovables, abastecimiento de agua, etc.) es muchísimo más compleja que una frase lapidaria tipo “esto es bueno” esto no”, y está llena de matices muy difíciles de comprender para quienes no están implicados en ese sector en concreto.
Este es uno de los motivos por los que se ridiculiza a veces la figura del ecologista. Una solución a esto sería la profundización de la que habla Jose en el discurso de ONGs y partidos como EQUO para una mejor formación del público generalista en temas difíciles, pero trascendentes, como es el de los transgénicos. Y por otro lado conseguir que los miembros de comunidades científicas y empresariales amplien sus puntos de vista sobre las todas las implicaciones políticas, sociales y ecológicas de los impactos de su sector a nivel global.
Artículos como este dentro de un blog como este son un ejemplo para el enriquecimiento de ambas partes y la lucha por ese mundo más sostenible que todos queremos.
Ya han pasado varios meses del post, pero he llegado hoy aquí por casualidad y me gustaría preguntar algo que no entiendo. Mientras sigan existiendo las semillas normales y sigan estando disponibles ¿alguien me podría explicar qué hay de malo en que una compañía comercialice semillas estériles con ciertas propiedades mientras su uso sea voluntario? ¿acaso obligan al agricultor a usarlas a punta de pistola?. No acierto a entender por qué las llamadas semillas “terminator” atentan contra la soberanía alimentaria. El escenario de que un país o una comunidad se vea obligado a comprar semillas a una multinacional para producir su propio alimento me parece muy poco realista. Otra cosa es que a los agricultores las compren porque les interese económicamente.
He oído historias de que este tipo de semillas pueden cruzarse con las plantas normales y volverlas a su vez estériles, arruinando cultivos enteros, pero no sé qué hay de cierto en esto.
También puede que sea yo muy corto de vista para estas cosas, agradecería si alguien me lo puede explicar.
Un saludo
Extraordinario ejercicio de hipocresía. En el primer párrafo se afirma “entiendo que la tecnología transgénica en alimentación no es un riesgo por sí misma para la salud”, para posteriormente decir “Cuando desde los movimientos y partidos ecologistas aseguramos que la no prohibición de los transgénicos en agricultura (siempre sólo en agricultura, nunca hablamos de otros campos, donde defendemos y apoyamos su uso) es un riesgo para la salud pública, tenemos la conciencia tranquila de estar defendiendo una verdad, y con ella al ciudadano”. Engañar al ciudadano con dos conceptos de salud (tal y como se deduce del resto del artículo) es un ejercicio propio de seudo-políticos que defienden que el fin justifica los medios. No se dice la verdad, cuando se sabe que el discurso va a ser entendido en otros términos. La talla intelectual y los conocimientos de economía y de los problemas de la sociedad del autor quedan patentes cuando se atreve a decir que la crisis que vivimos se debe al AVE y otras infraestructuras. Se olvida (o simplemente desconoce) la influencia de múltiples elementos, entre los que en el caso de nuestro país destaca el endeudamiento excesivo de Estado, empresas y particulares, por encima de las malas prácticas bancarias, que las ha habido. La ligereza e inexactitud de este análisis se prolonga a lo largo de todo el artículo.
Un sub-tema interesante que surge en los comentarios a raiz de esta entrada, el debate publico o privado. Me parece ingenuo demonizar a la industria privada y pensar que lo publico es lo ideal. Hay empresas privadas que hacen una labor importantisima e invierten unas cantidades de dinero que un estado no prodria sostener. Por no decir del empleo y el conocimiento generado. Necesitamos una investigacion publica potente y bien financiada pero veo dificil que un sistema publico puede financiar todo lo que necesitamos como sociedad. Todos sabeis lo que cuesta investigar, desarrollar, producir y comercializar cualquier cosa. Industria farmaceutica, diagnostico, alimentaria, etc, cual es mas importante, mas estrategica, de mas interes publico? El cancer, enfermedades metabolicas, infecciosas? Yo trabajo en diagnostico y se que cuesta alrededor de 200 millones de euros desarrollar y comercializar un glucometro para diabetes. Y estamos hablando de uno de los productos mas simples. No me quiero ir por las ramas pero el debate publico vs. privado no me parece el adecuado sino la colaboracion publico – privada que si es mejorable. Ademas las dos son complementarias ya que si el sistema publico genera investigacion fundamental de mas calidad y neutral, el privado tiene los mecanismos para un rapido desarrollo y comercializacion, es decir para materializar estas investigaciones fundamentales.
Parece que todos estamos de acuerdo con la función de los grupos ecologístas, enredar las palabras para que percibamos su preocupación por el mundo; mentira, si para ello dependen de lo público. Ninguna O.N.G., partido, asociación, etc. debiera hacerlo, solamente por personas afines a sus ideas y otro gallo cantaría. Seguro que nuestros impuestos darían más de sí y habría más dinero para invertir,por ej. en investigaciones que nos beneficiarían a todos entre otras cosas.
Sobre los transgénicos, si después de bien investigados fueran beneficiosos para todos ¡olé! pero los intereses creados existieron, existen y existirán y, de acuerdo con que no te obligan a comprarlo pero, ¿qué ocurre en aquellos países donde sólo les ofrecen esas semillas(para que a su vez compren el herbicidaque vale para esa semilla)? Todo esto es un jardín con muchos jardineros que no se ponen de acuerdo en su planificación.
Y ya que hablamos de gasto público,pues sí, se abusa mucho de ello; quizás sea porque como dijo alguién “no es de nadie” y ya se sabe “lo que no cuesta ganar, no cuesta gastar”. La primera premisa de todo gobernante debira ser la filosofía de muchas amas de casa: tener sus prioridades establecidas y procurar que te sobre algo a fin de mes, y no meterte en laberintos de los que no vas a poder salir.
Esta mujer es científica, no sólo ecologista
http://www.eldiario.es/sociedad/transgencios-cientifica-critica-Alvarez-Buylla_0_263173824.html
posible contaminación por micro-arn´s provenientes de la alimentación y nueva generación de OGM´s
http://grist.org/industrial-agriculture/2012-01-10-new-research-next-generation-of-gmos-could-be-dangerous/
contaminación por glifosfato
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/08/22/actualidad/1345602123_870204.html