No es cosa mía el título de esta entrada, es obra de mezclar las tradiciones de la primavera gastronómica con la curiosidad y preguntas nutricionales que salen en una sobremesa en la que se habla de comida.
Entre todos los platos del folklore manchego que colmaban una mesa de plástico de publicidad de cerveza, coronada con mantel de papel semitransparente, el que más le llamó la atención a mi amiga Laura fue el de caracoles, podría haber sido el plato de forro, queso frito, oreja, rabo frito, cascos de patata… pero la atención recayó sobre el caracol; animal que inspiró la pregunta que le da nombre a esta entrada: “¿Los caracoles son carne o pescado?”
Sinceramente, el caracol es un alimento que pasa bastante desapercibido en nuestra profesión, aparece tímidamente en los temarios de Toxicología y Parasitología (donde participa en el ciclo de algunos trematodos como Fasciola Hepática), además de eso, poco más se dice de él en el resto de ámbitos, no suele estar prescrito en casi ninguna de las dietas frente a patologías, es ignorado desde salud pública, y tampoco es admirado desde el punto de vista culinario. Pero… ¿estaremos dejándolo de lado injustamente? ¿Tan escrupuloso resulta?
Respondiendo a la pregunta, que es obvia, pero por si acaso, explicar que el Código Alimentario Español, cuerpo orgánico de normas básicas relativas a los alimentos, no clasifica al caracol ni como carne ni como pescado, sino COMO MARISCO, cosa que atendiendo a su clasificación científica es completamente entendible, ya que es un gasterópodo perteneciente al filo de los moluscos, como tantos otros mariscos que consumimos.
La línea del blog no es analizar de forma aislada los alimentos, porque como ya vimos en la entrada de “La falacia de los alimentos buenos y malos” podríamos atribuir aspectos positivos o negativos de manera errónea, por lo que lo haré comparándolo con el resto y relativizándolo.
Su composición nutricional es la siguiente:
Como observamos, la mayor parte de su composición, siguiendo la norma de los moluscos es agua, siendo la proteínas el único macronutriente destacable.
La tendencia continúa en los micronutrientes, siendo ricos en algunos de interés como el Selenio, Yodo y el Hierro. Minerales de los cuales los mariscos son fuentes de interés, ya que los aportan en grandes cantidades y con muy poco aporte calórico.
A pesar de que el berberecho y las almejas son muy famosos y conocidos por su aporte de hierro, observamos como el caracol tiene más de el doble de Hierro que los berberechos.
Observando los datos de nuestra tabla de composición, vemos cómo el caracol encabeza la lista de alimentos ricos en Hierro, por delante de almejas, berberechos, vísceras, legumbres, cereales integrales, carne… Sin embargo, y debido a las cantidades en las que son consumidos, hay que recordar que la carne, las legumbres y los cereales integrales son fuentes más comunes de este mineral.
Es importante considerar de todos modos, que los moluscos son consumidos con una frecuencia baja, y además con raciones pequeñas, por lo que este aspecto de su riqueza en hierro debe ser analizada únicamente anecdótica, si bien, puede ser incorporado a dietas ricas en hierro si se busca incluir alimentos ricos en este mineral por sufrir Anemia.
Al margen de sus propias características, las preparaciones culinarias del caracol no suelen implicar convertirlo en un plato menos saludable, ya que los sofritos o salsas que lo acompañan suelen caracterizarse por ser diluidas, preparadas sobre todo con especias (laurel, pimienta, cominos, romero…) y sofrito de cebolla y tomate.
Este paso desapercibido por el mundo de la nutrición, es drásticamente opuesto a su reclamo comercial en el mundo de la cosmética, donde ha generado gran cantidad de productos milagro que dicen curar o tratar: Acné, arrugas, estrías, cicatrices… o incluso rejuvenecer la piel.
El caracol y el mundo de la cosmética
Su uso, a pesar de ser inocuo, ha suscitado mucha controversia debido a las agresivas campañas publicitarias que le acompañan, a pesar de que se las prometía, el colectivo de Dermatólogos indica que sus propiedades son meramente hidratantes, aunque se ha prescrito para algunos tipos concretos de desgaste de piel, ya que la puede ser beneficiosa para algunos tipos de estrías. Además, poco tiene que ver el cosmético que se vende frente a la baba secretada por este molusco de manera natural.
Las propiedades “mágicas” se basan en la presencia de alantoína, que puede ejercer efecto calmante en la piel, sin embargo los preparados tienen concentraciones muy bajas que no llegan a tener un efecto dermatológico medible.
Parece ser por tanto, que el caracol puede ser mejor aliado dentro de nuestro cuerpo por sus cualidades nutricionales, que dando nombre a un falso sucedáneo de la mucosidad que excreta.
Os invito por tanto a mirar desde otra perspectiva a este plato a pesar de no estar muy extendido su consumo. En países como España, y en algunas ciudades como Albacete, representa una excusa perfecta para ir a “las Tascas”, un acúmulo de casetas prefabricadas que inundan el paseo Ferial aprovechando que en primavera no está montada la feria de la ciudad. Por supuesto, el resto de la comida que suele acompañar a este plato no suele ser de tanto interés nutricional, manías de la Mancha… que cierra la entrada con este refrán:
Sobre los caracoles:
Los de Abril para mí,
Los de Mayo para mi hermano,
Los de Junio para ninguno.
Curiosidades sobre los caracoles:
- Los caracoles tienen de vida media, dependiendo la especie entre 3-7 años, al contrario de la creencia popular de que viven poco tiempo.
- El caracol hiberna durante el otoño y el invierno, y es en primavera cuando aumenta de nuevo su actividad y por tanto cuando los vemos en nuestro entorno.
- Los caracoles son hermafroditas, tienen tanto órgano reproductor masculino y femenino, pero no pueden autofecundarse, de ahí que los veamos muchas veces copulando, proceso que dura varias horas.
- No son antenas ni cuernos; tentáculos ¿vale?
¡¿¡Moluscos!?! Muy interesante…y deliciosos. Otro dato curioso; parece ser que los caracoles fueron uno de los primeros animales criados por el hombre, si no el primero. Detalles como este y otros relacionados con los alimentos y la civilización están recogidos en el libro de Felipe Fernández-Armesto, “Historia de la comida”. Gran post. Un saludo.
Me apunto la reseña Fabrizio, muchas gracias por la aportación, muy interesante también el apunte de la cría del caracol.
¡Un saludo!
Otra entrada muy interesante. Gracias y… Buena caza!!!
Una pregunta, donde yo vivo es muy habitual que la gente recoja caracoles no ya en el campo, sino en los descampados y las cunetas, que suelen estar tratados con herbicida, ¿pueden ser tóxicos?
Hola Mar,
Sinceramente no sé responderte a la pregunta, pero imagino que al igual que pasa con las setas comestibles, no se deben recoger de entornos periurbanos, no ya sólo por los herbicidas, sino por la contaminación del entorno.
Si tienes curiosidad he encontrado un Boletín de Aragón que habla al respecto de las condiciones y especies que deben tener los caracoles para ser comercializados: http://bases.cortesaragon.es/bases/boca2.nsf/(ImprimeBOCA)/9F7814EB136659B7C125707A002CCC29?OpenDocument
Interesantes datos lo del caracol, es muy importante tener en cuenta los beneficios de los alimentos que ingerimos. Un sitio que me ayudó mucho a mejorar mi alimentación fue Mis Calorias , perdí mas de 20 kilogramos en pocos meses. Saludos y gracias.
Preferir alimentos como: – Carnes rojas, hígado y riñones (tienen un tipo de hierro de mejor absorción, llamado hémico), pescado, pollo. Son la mayor fuente de hierro. – Yema de huevo, frutas secas (nueces, almendras), vegetales de hoja verde, legumbres, pan integral y cereales integrales, semillas, leche fortificada. Acompañarlos con un jugo cítrico para mejorar la absorción o comer una fruta cítrica (naranja, pomelo, mandarina, etc.). Se recomienda: – Mejorar la elección de los alimentos. – Incluir una fuente de vitamina C en cada comida: cítricos, kiwi, frutilla, ají, brócoli, tomate. – Incluir carne, pescado o pollo en cada comida. – Incluir suplementos como levadura de cerveza y germen de trigo. – Disminuir el consumo de té y café, sobre todo después de las comidas. – Esperar por lo menos una hora después de cada comida para tomar esas infusiones.
Me ha hecho gracia leer el refrán “sobre los caracoles”
Mi padre recitaba uno muy parecido sobre los espárragos silvestres:
Los de Abril para mí,
Los de Mayo para mi caballo.
Saludos.
¡Me lo apunto Albert!
Los trigueros son un ingrediente espectacular para la primavera.
Un saludo
Siempre he querido saber que tipo eran los caracoles. Esto me ha dejado un poco pensativo xD
You co’udnlt pay me to ignore these posts!