Como probablemente sepáis, desde el 13 de diciembre tenemos una nueva normativa que regula el etiquetado en la Unión Europea. Se trata de la entrada en vigor del Reglamento (UE) 1169/2011.
Han sido ya varios los blogs que se han pronunciado sobre las geniales mejoras que esta normativa nos trae. Os recomiendo que tras leer este post que saca las lagunas que nos esperan, visitéis también las entradas de OCU, NorteSalud, Juan Revenga y Carlos Pizarro. Para que veáis que en líneas generales el cambio es a mejor. En definitiva tenemos disponible más y mejor información de muchos aspectos: sobre la composición, el origen, los ingredientes… Como comentábamos ayer en el programa Esto me suena de Radio Nacional. Es un gran avance, pero hay algunas otras cosas que se podrían haber mejorado.
Antes de entrar en materia, podéis echar un vistazo a esta infografía de El País, que resume alguno de estos aspectos positivos.
Pero el objetivo de este post es señalar aquellos aspectos que son todavía mejorables, así que vamos a ello.
1: Parte de un dogma nutricional incorrecto
Las ingestas de referencia del valor energético y los macronutrientes es la siguiente:
Estos valores hacen referencia a únicamente cantidades, y no calidad. Por lo que la gente puede tomar decisiones basándose únicamente en completar esas Ingestas de Referencia, sin que sean necesariamente saludables. Para profundizar en este aspecto, recomiendo el visionado del mini-documental “Deconstruyendo la Dieta Equilibrada”:
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=CustmTTCfNE]
2: El azúcar y el almidón se van de rositas
Es cierto que hay que desglosar los Hidratos de Carbono, y decir exactamente qué cantidad corresponde a “azúcar”, pero el hecho de que aparezca el azúcar con una Ingesta de referencia de 90g puede dar lugar a la interpretación de que el azúcar es necesario.
El azúcar no es un nutriente necesario en esa forma concreta, la cuál además no es para nada recomendable como podéis repasar en este post. Además, la parte correspondiente a “almidón” no es de obligada declaración. De esta manera una persona puede comprar unas patatas fritas, o un cereal de desayuno sin azucarar, pensando que sus hidratos de carbono son tan saludables como los de una alubia o un garbanzo.
3: Confusión con la calidad de las grasas
A pesar del gran avance eliminando la mención “aceite vegetal”, nos quedamos cortos. Esta denominación era un cajón desastre donde se ocultaban aceites de poca calidad. Se aprovechaban de la tendencia de la última década de decir que todo lo vegetal era sano, y nos colaban por ahí el aceite de palma o de semillas que no son tan saludables. Ahora no lo van a poder “esconder” y se tendrá que declarar.
Aún así, el aspecto cualitativo de grasas sigue sin desglosarse suficiente. Solo hay que diferenciar dentro de ellas las grasas saturadas, y no todas ellas son “malas” como podéis repasar en la entrada del colesterol o en este post.
Además, las grasas hidrogenadas o “trans”, que a día de hoy son las más relacionadas con el riesgo cardiovascular como podéis ver aquí y aquí.
Además, las grasas poli-insaturadas, (entendidas en la población como saludables) no hay que desglosarlas en sus tipos (Omega 6 u Omega 3) según la normativa. En este sentido se pueden beneficiar injustamente los productos con aceite de girasol o de semillas (w-6), que no deberían predominar en la dieta, creyendo que son igual de saludables que los omega-3.
4: Bebidas alcohólicas y envases pequeños esquivan la normativa
Las bebidas alcohólicas están exentas de poner la gran mayoría de información. Por otro lado los envases pequeños no están obligados a presentar cierta información.
En el caso de envases pequeños puede omitirse la lista de ingredientes. Sin embargo, si no hay lista de ingredientes, es obligatorio indicar la presencia de sustancias o productos que causan alergias o intolerancias en el alimento en cuestión.
Quizás es una medida insuficiente, sobre todo teniendo en cuenta que se podría añadir en el envase múltiple, tal y como recoge la normativa:
En el caso de un envase múltiple que se vaya a vender a una colectividad y consista en artículos envasados individualmente, las menciones obligatorias deben figurar directamente en el envase múltiple o en una etiqueta fijada al mismo.
5: Insuficiente información de los productos a granel
Prácticamente se queda limitada a la nomenclatura y a los alérgenos. Gran parte de la información es voluntaria:
Epígrafe 42: A fin de alentar a los operadores de empresas alimentarias a facilitar de forma voluntaria la información contenida en la información nutricional para las bebidas alcohólicas y los alimentos no envasados que puedan estar exentos del etiquetado nutricional obligatorio, debe ofrecerse la posibilidad de declarar únicamente una parte de los elementos de la información nutricional.
Epígrafe 44
No será obligatoria la indicación de las demás menciones a que se refieren los artículos 9 y 10, salvo que los Estados miembros adopten medidas nacionales que exijan indicar algunas o todas esas menciones o partes de dichas menciones.
Aquí dependerá de cada país lo estricto que se ponga con estas medidas, ya que cada Estado miembro sigue teniendo derecho a establecer normas respecto a la información sobre alimentos no envasados.
Existen indicios de que la mayoría de los incidentes de alergia alimentaria tienen su origen en alimentos no envasados. Por tanto, siempre debe facilitarse al consumidor la información sobre los alérgenos potenciales.
6: Todo destinado para adultos medios
Los niños son los grandes olvidados de esta normativa.
La información de las Ingestas de Referencia están referidas para adultos. Poco tienen que ver las necesidades de la infancia con la de la adultez.
7: Poco rigor entre sodio y sal
A pesar de que existe una conversión entre el sodio de todos los ingredientes de la sal. Hay que entender que no toda la sal es sódica, al igual que no todo el sodio procede de la sal.
Aunque este aspecto en concreto está hecho con la intención de “proteger” al consumidor, creo que es demasiado paternalista. En otros campos como Hidratos de carbono, Almidón, Polialcoholes, Azúcar se es más riguroso.
8: Nos la van a seguir “colando”
Desgraciadamente esta modificación no afecta a la publicidad, es más de forma que de fondo.
Lo mismo para con las declaraciones “health claims” y nutricionales. Se puede seguir declarando barbaridades poco evidenciadas tal y como vimos en el post “Cuando las etiquetas no dicen siempre la verdad” o en este programa de radio sobre las declaraciones de salud:
¿Nos espera por tanto un futuro mejor?
Esta nueva reglamentación es una gran avance, puesto que una mejor información siempre ayuda a hacer mejores decisiones, pero seguimos necesitando demasiada formación y adiestramiento par entender el etiquetado. Siguen existiendo demasiados entresijos y trucos para hacer pasar un alimento por más sano.
Personalmente creo que el gran reto para el futuro es elaborar una guía visualmente más entendible, que no tenga las limitaciones de las etiquetas tipo “cajetilla de tabaco” ni el semáforo nutricional. Ese mismo reto que tenemos que abordar con la Pirámide Alimentaria.
Fuentes de consulta:
Se agradece un enfoque crítico; y dejas claro que el cambio es a mejor. Un saludo Aitor y gracias por un post muy productivo así como educativo.
Efectivamente, quería matizar que el cambio es a MUCHO mejor. Pero no hay que olvidar las lagunas que quedan pendientes, puesto que serán las que habrá que abordar en el futuro.
Un saludo
Olvídate de los errores, que aún te va a pasar algo, y Feliz Navidad menos a… http://manuelguisande.wordpress.com/2014/12/15/feliz-navidad-a-todos-menos-a/
Buen análisis de las deficiencias que persisten en la legislación sobre etiquetado. Otro aspecto de interés es la información sobre ingredientes en la restauración. Su importancia para los alérgicos a alimentos puede ser capital. Lo trato en El blog de piel.
Saludos y felicidades por vuestro blog.
Y los transgénicos, aparecen declarados por algún sitio?.
Bueno…errores pasan….pero olvida eso y segui adelante)
En la Web de El Carro de la Compra hacen un análisis de productos de marca blanca, análisis nutricional y calidad/precio de producto de: Mercadona, Carrefour, Eroski, Dia, Lidl, Masymas, Alimerka …
http://www.elcarrodelacompra.com
Siempre he tenido una duda: ¿Por qué no se ponen todos los nutrientes en la etiqueta? Es decir, todas las leches tienen vitamina D y calcio de manera natural, pero no todas ponen qué porcentaje. Todos los alimentos tienen que si fósforo que si magnesio, pero en el etiquetado solo pone las calorías, grasas, hc, fibra y sal.
Hola, muy interesante el artículo. Comparto contigo el hecho de que la nueva Norma reporta numerosas ventajas al Consumidor pero se queda corto en muchos aspectos como los que acabas de describir. Además a mi me gusta poner el acento en el origen geográfico de los alimentos; la nueva Norma sigue sin exigir la declaración de origen a una gran cantidad de alimentos y creo que aunque este hecho no afecta directamente a la salud sí que es un valor que muchos consumidores le da valor.
Adjunto un artículo que publiqué hace meses donde desgrano este (gran) punto de mejor del reglamento:
https://fruitjuiceaffair.wordpress.com/2015/04/13/sabemos-lo-que-comemos-si-sabemos-de-donde-procede-lo-que-comemos-en-muchos-casos-no-claroscuros-del-reglamento-ue-11692011-sobre-la-informacion-alimentaria-faci/
Enhorabuena!!
Roger